Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

viernes, 4 de marzo de 2011

¿Si Chávez es nuestro Presidente, la sombra del inconsciete colectivovenezolano es tan enferma? Parte II

La sociedad venezolana está tan enferma del alma que proyecta

su anomalía en un individuo como Hugo Chávez y lo eleva a Presidente???.

Cuba sabemos que tiene una carga genética de esclavismo y racismo,

de dependencia de los demás por no haber nunca sido libre, que proyectó

en Fidel Castro...¿Pero nosotros somos lo que tan bien explicó el

Dr- Francisco Herrera Luque cuando éramos aún la DEMOCRACIA

MODELO DE SUDAMERICA?


Eloy Silvio Pomenta a propósito de "Viajeros de Indias"
Eloy Silvio Pomenta* / Gentiuno (Venezuela) - 22/10/09

Palabras con motivo de la presentación de la segunda edición del libro "Viajeros de Indias" de Francisco Herrera Luque en Caracas, el miércoles 21 de octubre de 2009

La sobrecarga psicopática en Venezuela y los conquistadores psicopáticos

En Los Viajeros de Indias (1962) Herrera Luque parte de dos premisas fundamentales: Una es la constatación de una sobrecarga psicopática en Venezuela, tres veces mayor que la internacional (18%-30% vs. 6% a 10%) de acuerdo a diversos estudios realizados y consultados.

La otra se relacionaba con la forma psicopática, extremadamente violenta, brutal y cruel, como se efectuó la conquista española, con destrucción de importantes culturas precolombinas. Ya a Bartolomé de las Casas le preocupaba "la extraña crueldad de los conquistadores".

Y Simón Bolívar después expresaba: "Todo lo que nos ha precedido está envuelto en el negro manto del crimen. Somos un compuesto abominable de esos tigres cazadores que vinieron a América...".

Fueron conquistadores de oscura procedencia, en su mayoría voluntarios sacados de las cárceles de Sevilla y Extremadura; tentados por la aventura y la riqueza fácil, la codicia y la crueldad.

Decía Maquiavelo: "los soldados voluntarios suelen ser los peores, los más escandalosos, vagos, desenfrenados, irreligiosos, desobedientes a sus padres, blasfemos, jugadores y llenos de toda clase de vicios".

Para 1570, en Venezuela, un "pool genético" de 260 españoles ya había esparcido su carga psicopática en 9.000 mestizos. La herencia psicopática se concentró porque los indios fueron esclavizados o perseguidos y se les prohibía el trato sexual con las indias, las cuales llegaron a preferir a los españoles, por razones obvias Las indias fueron privilegio de los españoles, y así proliferaron los mestizos.

En el estudio de conquistadores que hace Herrera Luque, encuentra por lo menos un 80% de personalidades anormales. Como muestra recuerda al sanguinario Alfinger, quien cortaba la cabeza del indio que se cansaba en la marcha, para no detenerse y abrir la cadena que llevaba al cuello.


El origen genético de las psicopatías

Herrera Luque con la publicación de Los Viajeros de Indias en 1962, generó polémicas y controversias. Se atrajo el ataque de psicoanalistas con su énfasis en el trauma infantil y la crianza. Y también de psiquiatras con influencias marxistas e izquierdizantes, que priorizaban el origen ambiental y social de las enfermedades mentales. Todo lo relacionado con herencia era considerado reaccionario y fatalista.

Las personalidades psicopáticas no se caracterizan por una enfermedad mental evidente sino por graves trastornos de conducta, peligrosos para el entorno familiar y social. Como decía Kurt Schneider (1923) "más que sufrir ellos, hacen sufrir a los demás".

Estas patologías de la conducta o la personalidad han sido consideradas de origen constitucional y hereditario. Con el tiempo, en las clasificaciones psiquiátricas, el término de psicopatía ha caído en desuso por considerársele peyorativo; y ha sido substituido por el de Trastornos de Personalidad. Las psicopatías se diluyen hoy entre las personalidades antisociales, borderline, narcisistas, paranoides, esquizoides y esquizotípicas.


¿Qué es lo que se hereda?

La Genética contemporánea considera que los trastornos de personalidad no se heredan como tales, es decir, como entidades psicopatológicas. Lo que se hereda son ciertas disfunciones neurobiológicas que determinan los rasgos o conductas patológicas.

Por ejemplo: el exceso de agresión o ansiedad, el controlo el descontrol de impulsos, la hiperemotividad o la frialdad, la inestabilidad del humor o la callosidad afectiva.


Las modernas tecnologías de imaginería cerebral

El PET= Positron Emission Tomography y el SPECT=Single Photon Emission ComputedTomography han permitido observar las zonas responsables de la activación y el control de emociones e impulsos.

Se sabe que las emociones e impulsos se activan en el "sistema Iímbico" y que la corteza cerebral del lóbulo frontal es la zona moduladora o frenadora. Los trastornos se producen cuando hay una disfunción de uno u otro sistema o una combinación de ambos. Estas disfunciones son las que pueden ser heredadas.

Los hallazgos experimentales han sido tan evidentes que en muchos centros de investigación de USA, la
personalidad borderline ha sido coloquialmente denominada DISLIMBIA, para resaltar el factor disfuncional biológico predominante en este trastorno y el Psicoanálisis contemporáneo considera que factores neurobiológicos como el exceso de agresión y ansiedad, pueden determinar que experiencias de crianza razonables, sean vividas como traumáticas. Esto explicaría la aparición de personalidades anormales en familias de funcionamiento aceptable. La herencia no es fatalista: la "expresión genética" puede cambiar.

Recientemente gracias a los aportes de Eric Kandel, neurobiólogo y Premio Nobel de Medicina en el año 2000, se sabe que la herencia no es fatalista. Kandel descubrió que el ambiente y el aprendizaje también influyen en la "expresión genética".

La "expresión genética" es el modo como los genes ejercen su designio. Se calcula que en el cerebro interactúan 20.000 de los 30.000 genes cartografiados en el genoma humano. Ya no se estudian los genes aislados sino las combinaciones de genes que, junto a las proteínas codificadoras que los acompañan, determinan las interconexiones neuronales y los detalles de su funcionamiento. Y estas estructuras de interconexiones cerebrales ejercen un control sobre la conducta humana e influyen en la aparición de enfermedades mentales.

Lo importante de Kandel es haber demostrado que también el ambiente social y el aprendizaje pueden modificar la "expresión genética", pues también producen cambios en las conexiones neuronales y sus códigos.

Ha sido posible observar, por ejemplo, como en la depresión, disminuyen y se distorsionan las conexiones neuronales, para después reconstituirse cuando la enfermedad mejora. También como la Psicoterapia o el Psicoanálisis pueden introducir cambios en las conexiones neuronales que pueden llegar a ser permanentes. Entonces, herencia y ambiente no son opuestos sino que se complementan en la estructuración del cerebro, en la formación de la personalidad y en la génesis de las enfermedades mentales.


La "expresión genética" y la diversidad cultural en Latinoamérica

Estos nuevos conceptos pueden explicar el fenómeno de la diversidad cultural entre distintas naciones de América latina. Comencemos por Venezuela y la descripción que hace Herrera Luque de "el venezolano locuaz, que niega lo trascendente con su actitud de bromista crónico, que jamás se compromete realmente y por eso es ondulante y disimulador de sus convicciones más profundas. Nadie sabe lo que realmente piensa, pues trata siempre de estar bien con Dios y con el diablo. Bajo una pretendida efusividad se esconde la envidia y la desvalorización hacia quienes se destacan. Tras una aparente solidaridad se transparenta la indolencia, el egocentrismo y la deslealtad. Y esa extraña afición al alcohol que despierta una agresividad feroz y una violencia destructiva".

El venezolano es "caribeño" (de lo cual se enorgullece el actual presidente, quien promueve una "cultura caribe" como deseable).

Venezuela era apenas una Capitanía General, una región marginal del Virreinato de Nueva Granada, junto a Ecuador y Panamá y cuya capital era Bogotá. El resto del dominio español comprendía los Virreinatos de Méjico (Centroamérica y sur de Norteamérica), de Perú (Bolivia y Chile) y del Río de la Plata (Argentina, Uruguay y Paraguay).

Esto nos ayuda a comprender las prioridades españolas en América, visibles en el número y calidad de las construcciones coloniales. Compárese la exigua catedral de Caracas con la gran cantidad y belleza de catedrales en Colombia, Perú, Méjico, Ecuador. Esos países recibieron una fuerte impronta española, con énfasis en la formación religiosa y las normas sociales.

Estas variaciones colonizadoras pueden haber sido el factor ambiental que atenuó la "expresión genética" del español psicópata en otros países. Mientras en una Venezuela marginal, rural, de escasa civilidad, se engendró una población agresiva y anárquica.

Es bien sabido que la guerra de Independencia en Venezuela fue la más sangrienta de toda la América. ¿Por qué si Venezuela no era importante para España? La población siguió a patriotas y a realistas, tanto a Páez como a Boves. No por razones ideológicas, sino porque el seguir a un caudillo providencial era más tentador. Quizás por las mismas razones, masas hambrientas lograron el paso de Los Andes al lado de Bolívar para ir a pelear en otras latitudes. No tenían nada que perder. Es difícil creer que lo hicieran por conciencia política o patriotismo.

Luego, la historia de los siglos XIX y XX en Venezuela, se caracterizó por un reiterado vaivén de montoneras, alzamientos y guerras civiles; con muy pocos años de vida democrática. La democracia parece un logro de la Civilización aún no alcanzado y el país se ha mantenido como
presa fácil para el dictador de turno. La psicopatía ha estado siempre al acecho.

Tan pronto se produce una crisis histórica, por allí se cuela la saña de la psicopatía que parece haber quedado latente como "huella perenne" -al decir de Herrera Luque; quien si viviera hoy, encontraría
una gran cantidad de especimenes psicopáticos a quienes estudiar.


[*] Eloy Silvio Pomenta / Médico Psiquiatra venezolano / E-mail: minulin@cantv.net / Link: http://www.gentiuno.com/articulo.asp?articulo=8274


Estudio psiquiátrico de Chávez
Eloy Silvio Pomenta* / Soberania.org - 02/08/07


Como psiquiatra especializado en trastornos de personalidad y autor de varios libros sobre las personalidades "borderline" y las narcisistas, me encuentro ampliamente calificado para hacer un perfil psicológico del presidente Hugo Chávez.

En base a su conducta y manifestaciones públicas y notorias, es posible ubicarlo en el nivel más bajo de las personalidades primitivas, llamadas así por un funcionamiento muy primario y una estructuración muy desorganizada. Más específicamente, sus características encajan dentro del trastorno Narcisista de personalidad, cuyos rasgos más importantes son:


1. Grandiosidad:

Un ego anormalmente hipertrofiado, un concepto absolutamente inflado de sí mismo y fuertes tendencias egocéntricas. (Por ejemplo: se creen los más bellos, inteligentes, predestinados, mesiánicos, seductores).

2. Exhibicionismo:

Necesidad de atención y admiración constantes. Tendencia al lucimiento en base a la apariencia física, la vestimenta, dotes intelectuales o peculiaridades de la personalidad.

3. Omnipotencia:

Se plantean metas y proyectos mucho mas allá de sus capacidades reales y de las posibilidades que brinda el ambiente. (Por ejemplo creerse líder de una supuesta revolución latinoamericana, y hasta mundial).

4. Fragilidad de la autoestima:

La inflación egocéntrica determina una necesidad de suministros narcisistas prácticamente insaciable. Se establece una "hambre de estimulo" y una "adicción" a los homenajes y gratificaciones. Mientras fluyan abundantes gratificaciones, hay una exaltación de la autoestima. Tan pronto ocurre una frustración, a veces por detalles nimios, la personalidad se hunde. Estas debacles han sido llamadas pseudo-depresiones, por cuanto no involucran añoranza o pérdida de amor como en las verdaderas depresiones. Y apenas duran horas o pocos días, restableciéndose la autoestima tan pronto ocurre una nueva excitación.

5. Incapacidad de amar:

Como toda la carga afectiva está concentrada en el propio ego, no hay disponibilidad afectiva para las demás personas. A pesar de las exuberancias emotivas y seductoras que suelen desplegar los narcisistas para cautivar a las personas, no son capaces de amar genuinamente, sino que las utilizan para el logro de sus propósitos o necesidades. Los narcisistas carecen de escrúpulos y podría decirse que "caminan sobre cadáveres".

6. Juicio de realidad:

Al no ser capaces de ver más allá de su propio ego, ellos tienden a falsear y a negar aspectos obvios de la realidad que no concuerdan o favorecen sus propósitos. Por eso los narcisistas suelen fracasar en sus proyectos, porque sólo ven lo que les conviene y proyectan la culpa sobre los demás cuando algo no sale bien.

7. Rabia narcisista:

Las frustraciones, la crítica en su entorno y los aspectos desplacientes de la realidad, pueden provocar reacciones llamadas de "rabia narcisista", por lo desproporcionadas y violentas. Dichas rabias pueden obnubilar la conciencia y a veces crear reacciones francamente psicóticas transitorias con características paranoicas.

8. La envidia:

Es el afecto predominante inconscientemente. Fuera del ego grandioso, no puede haber nada valioso. Son personajes altamente destructivos. Se destruye todo lo bueno y valioso que exista, para que no haya nada que envidiar.


Como conclusión podemos agregar lo siguiente: cuando el narcisista es una persona común, los daños no van más allá de si mismo o de su entorno. Pero cuando se trata de un jefe de estado de un importante país petrolero, que posee altas capacidades de seducción y manipulación de las masas, que logra rodearse de colaboradores perniciosos y destructivos, que consigue conquistar adeptos intelectuales que propagan su mensaje y hasta otros jefes de estado o grupos políticos y económicos que se aprovechan de su pseudoideología con fines lucrativos, entonces las repercusiones pueden llegar a ser catastróficas a nivel nacional, y hasta amenazar la paz y el equilibrio mundial".

(*) El artículo trascrito es del Dr. Eloy Silvio Pomenta, profesor agregado de la Cátedra de Psiquiatría de la Escuela Vargas de Medicina (Universidad Central de Venezuela) y profesor de Psicoanálisis y Psicoterapia en los cursos de post-grado de Psiquiatría. Fue Presidente de la Sociedad Venezolana de Psiquiatría (1969).

Chávez se dejó pervertir por el poder
Mauren Morillo S. / Semanario La Razón No. 476 (Venezuela ) - 22/02/04

"La personalidad de Chávez no se pudo resistir a la seducción propia del poder, de la gloria y de la adulación que se presentó frente a él", explica la psiquiatra y ex miembro del Partido de la Revolución Venezolana (PRV)

"Están millonarios los ex militantes del PRV que están en puestos claves", asegura la psiquiatra Argelia Melet, ex esposa de Douglas Bravo FOTO AGÜERO

Entrevistar a Argelia Melet significó para esta redactora un gran compromiso y una gran satisfacción profesional. Faltaría espacio en esta página para intentar al menos resumir los sesenta y cuatro años de la vida de esta luchadora social, profesional de la medicina y ex esposa del ex comandante guerrillero Douglas Bravo, con quien además compartió la clandestinidad y la militancia en el Partido de la Revolución Venezolana (PRV-Ruptura).

Con su aguda, certera y ácida escritura ha atacado a la injusticia en el país, a través de múltiples artículos en el desaparecido periódico Ruptura, vocero del PRV, Ella es, además, médico siquiatra, profesora de postgrado, dedicada en cuerpo y alma a asistir a las mujeres con cáncer de mama, una mujer llena de historias, de compromiso, de verdadero sentido revolucionario, de lucha. Conoció de cerca al actual presidente Hugo Chávez, cuando éste siendo militar activo se vinculó al PRV y participó en sus actividades políticas bajo el seudónimo de "José Antonio".

LA LUCHA CONTRA PÉREZ JIMÉNEZ

"Comencé a estudiar medicina a los dieciséis años y me gradué a los veintidós. Me recuerdan como una buena estudiante. Estudié en colegio de monjas en el San José de Tarbes de Valencia. Nací en el año 1940 en Canoabo, Carabobo, atendida por una comadrona. Fue un parto larguísimo, según dijo mi mamá, Duilia. Mi padre Federico. ( Mi abuelo era anarquista, catalán, vivió la guerra española. Mi mamá venezolana, hija de italianos. Mi papá también venezolano, de ongen catalán. Su origen europeo marco su imagen muy criolla, pero alta, fuera de la estatura común de la mujer venezolana, muy blanca y un porte poco frecuente", recuerda Argelia.

El dominio de varias idiomas, tales como el italiano, inglés, portugués, francés y español, le permitió una mejor proyección de sus ideas y de intercambio con el mundo.

- ¿Cómo conoció a Douglas Bravo?

- Douglas me lleva ocho años de edad, lo conocí en la época en que se estaba fraguando la lucha contra Pérez Jiménez. Yo estudiaba bachillerato. En esos momentos la gente que estaba metida en la lucha contra Pérez Jiménez, buscaban 'conchas'. Douglas llega así a mi casa donde se guardaban papeles y hacían reuniones. Mi papá siempre fue urredista, pero muy antigobierno, por lo menos contra Pérez Jiménez. Era jovitero, como se decía en la época. Mi papá y mi mamá, aceptaron que se reuniera la Junta Patriótica y el comité de huelga. Se hacían contactos telefónicos, se guardaban los papeles llamando a la huelga insurreccional.

Luego agrega: "Douglas marcó mi vida. Tuvimos cuatro hijos. El llegó a mi casa siendo miembro del comité de huelga. Yo tenía diecisiete años. Douglas estaba metido a fondo en el proceso de esa época, trabajaba como obrero en la fábrica de cemento en La Vega y él estaba allí organizando la huelga general contra Pérez Jiménez. Se hacían reuniones del comité de huelga y de la junta patriótica".


YO ERA UNA JOVEN COMUNISTA

Narra Argelia que su papá también era actor principal dentro de ese movimiento que derrocó a Pérez Jiménez: "Lo tumbamos, yo siento que participé también en esa tumbada. Ese día me fue a buscar un amigo, Jaime Pinto, y nos fuimos para la calle a pegar gritos y a correr. Salió la ballena roja que marcaba a la gente. No me acuerdo dónde me metí. Estaba estudiando bachillerato en el Liceo Aplicación y llego al PCV (Partido Comunista de Venezuela) con gran desagrado de mi papá. Ya era clandestina en mi propia casa con las reuniones del PCV. Ingreso a ese partido, como la mayoría de la gente en la efervescencia de esos momentos".

Argelia prosigue: "Freddy Carques estudiaba medicina y nos conocía. A uno se le salía la clase de antiperezjimenista de luchadores. Freddy nos convoca un día a una reunión y nos dice: 'Ustedes pertenecen a la juventud comunista'. Llego a ser comunista casi por un decreto. En un momento me sentí 'soy comunista'. Nos dijeron vayan a vender Tribuna Popular, vayan a los barrios y a las reuniones. La situación era absurda. Mi papá me tenía muy controlada por ser una niña muy delicada y muy decente, así argumentaban. No me dejaban ir sola a las reuniones del PCV así que él me llevaba. Todavía hay amigos que me recuerdan como una mujer delicada".

LA LUCHA CONTRA BETANCOURT

"Viene luego la revolución cubana en 1959. Me empato con Douglas cerca de los sesenta y me caso. Él venía de un matrimonio anterior. Se estaba gestando la lucha contra el gobierno de Rómulo Betancourt. Con la influencia de la revolución cubana viene la ida para las montañas, se forman los focos guerrilleros. La gente llegaba de las montañas, en Cuba y regresaban triunfantes, victoriosos tomando el poder. Eran situaciones que calaban mucho dentro de la juventud comunista, dentro del partido comunista que en esos momentos era parte de la guerrilla", afirma.

LA LUCHA ARMADA

-"En 1961 comenzó el frente guerrillero. En ese medio político, subversivo nace mi relación con Douglas. Me caso con una boda horrible. A mi mamá le dio un ataque de nervios, no quería que me casara. Mi padre no estaba de acuerdo y lo aguantó muy estoicamente. Fue una boda civil nada más, no quería una boda por la iglesia. Fue en mi casa, nos casamos y nos fuimos a desayunar al "Cada" de Las Mercedes. Después nos fuimos a Cuba en plena efervescencia cubana. No conocí a Fidel en esa oportunidad, ni después cuando fui para la conferencia de "OLAS" (Organización Latinoamericana de Solidaridad), porque a Fidel no le dio la gana, no quiso conocerme a mí. En esos momentos había cierta tensión entre la guerrilla venezolana. La corriente de Douglas no fue nunca fidelista, en realidad, él siempre dijo que la guerrilla era venezolana y no tenía que aceptar imposiciones desde el punto de vista doctrinario, ni de cómo hacer las cosas en el proceso venezolano".

FIDEL ES UN DICTADOR

Aclara Argelia, en relación al proceso cubano, que hubo una mala interpretación de lo que fue. Al final de cuenta la victoria de los cubanos se produce por el liderazgo que estaba representando por la guerrilla, pero por la parte insurreccional que se produce en las ciudades de Cuba. La interpretación que le da Fidel es la del foco guerrillero. El foco es el que triunfa. Los cuatro gatos que estaban en la montaña, porque no eran demasiados, llegan y son los héroes. Y todos esos héroes anónimos que estaban metidos ahí y que participaron en la insurrección, que muchos fueron fusilados después, esos se olvidaron.

- ¿Fidel es dictador?

- Sí. En Cuba hay un régimen absolutamente autoritario. No es lo que yo siento dentro de mí como la justicia, la libertad, los derechos de las personas. No es lo que yo quisiera para mi país, ni lo que hubiera querido para Cuba. Es una copia del viejo régimen stalinista que tantas críticas despertó en muchos sectores de la intelectualidad europea y del mundo entero. Al final ¿qué pasa? (no hablo con sentido doctrinario): al pueblo lo sustituye los comites del pueblo; al comité del pueblo lo sustituye el Comité Central; al Comité Central lo sustituye el buró político; al buró político lo sustituye el jefe único y al final, tenemos una situación donde una persona decide el destino de los demás. Todo lo que es discusión democrática, que es lo por lo que supuestamente estábamos en eso, termina siendo centralista y la democracia se olvidó.

MADRE Y LUCHADORA

- ¿Cómo logra realizarse como mujer, prepararse para ser médico, madre, esposa e hija, en fin tantos roles al mismo tiempo?

La sonrisa disminuye y habla: "Creo que no fui una buena madre. Espero que mis hijos me lo hayan perdonado. Eran momentos de hacer elecciones y creo que hice lo mejor. No puse a mis hijos a brincar de un lado para otro. Preferí sacrificar mi amor de madre y darles un hogar estable, el de mis padres. No andar brincando de un lado para otro con mis cuatro muchachos, no hubieran tenido educación, ni estabilidad. Habrían llegado a odiar no sólo a sus padres, sino aquello por lo que estábamos luchando. Tenía que elegir entre ser una buena madre, pero renunciar a todo lo demás, o sencillamente hacer lo que hice. Creo que he sido una madre como debe ser, pero ya cuando mis hijos estaban grandes. Ya no me necesitaban tanto. Sé que mis hijos sufrieron. Hay una cosa que es propia mía, es el hecho de ser muy curiosa, bastante estudiosa. Me empeño a profundidad, nada a medias. Sólo el papel de mamá que lamento mucho. Creo que todavía le debo a mis hijos. Hemos hechos las paces pero todavía salen cosas que me arrugan el corazondto.

- ¿En su formación política influyó Douglas Bravo?

-Douglas jugó un papel muy importante en mi vida, lo admiré mucho, lo amé, asegura esta pisciana nacida el 24 febrero.

- ¿Volvería a vivir lo que vivió?

- Es muy difícil que uno no encuentre errores en lo que hizo antes. Yo no era tan importante en ese proceso de la guerrilla pero sí lo habría sido con aquello que tiene que ver con lo psicosocial, pero ese es el azar. No estoy tan segura de que uno elige su vida, ni de los caminos que toma. Uno es uno y sus circunstancias como decía Unamuno, y se aceptan.

Luego añade: "Fui religiosa, que es la disciplina. Siempre me empato con las causas que tienen que ver con el ser humano".

CAP: UN ADVERSARIO CON AGALLAS

- ¿Qué significó para usted la clandestinidad?

- Algo nada fácil, sobre todo la limpieza personal, la relación con la pareja, la familia y los hijos. Estuve clandestina desde la reunión de "Olas" en Cuba, desde 1967 hasta 1975, cuando caí presa, en el gobierno de Carlos Andrés Pérez (CAP).

- ¿Qué concepto tiene de CAP?

- Siempre he creído que él tiene agallas. Una cosas es tener un enemigo político o personal, y otra es que uno no reconozca los valores que el enemigo tiene. Hasta con los enemigos hay que ser leales. Una de las cosas que no puedo perdonar con la situación actual es que hay deslealtad con los amigos y con los enemigos, fui una leal enemiga de CAP. Así eran las cosas, en el fondo había respeto del uno por el otro. Fuimos leales enemigos, en campos opuestos, pero había un respeto por ciertas cosas de la legalidad, de la institucionalidad, de la constitucionalidad, a las cuales se atenía cada quien. Apelábamos a la Constitución cuando se perseguía o se torturaba o se desaparecía a la gente, y el gobierno tenía que responder a eso, porque había un Congreso en el cual se debatían esas cosas...

- ¿Eso no existe ahora?

- Ha desaparecido bastante, ahora hay presos políticos en San Cristóbal, en Mérida, que son negados por el gobierno. Hay un desatar de la actividad de cuerpos policiales que no tienen una respuesta desde el punto de vista de los derechos humanos, de los derechos establecidos en la Constitución que le permita a uno decir que hay un estado de derecho. No sé que pasó con la gente de Bejuma, ¿qué pasó con mi hijo? (Federico Bravo Melet, asesinado por supuestos funcionarios policiales en el año 2002). Afortunadamente hay unos fiscales que se han comprometido a imputar a las personas que lo mataron. A mi hijo, como a mucha gente y muchachos que han sido asesinados. Si aún eres un delincuente, tienes derecho ajuicio, aquí no veo donde están los juicios a los corruptos.

EL PODER ES UNA ENFERMEDAD

Al referirse al tema de los derechos humanos, Argelia Melet reconoce que "José Vicente (Rangel) defendió los derechos humanos en nuestra época, pero mientras la defensa de los derechos humanos no estén en manos de las ONG, no irán para ninguna parte. Creo en las ONG, porque no están sujetas a los dictámenes provenientes de alguien que descalifique a los demás como traidores. Liliana Ortega (Cofavic) me merece mucho respeto, ella tiene años defendiendo los derechos de la gente".

- ¿Qué siente cuando sabe que algunos ex militantes del PRV-Ruptura, forman parte de este gobierno?

- He escuchado cosas muy horrorosas. Algunos están millonarios y en puestos claves. Pareciera que el único problema es acabar con AD y Copei ¿Qué revolución es esta?, ¿dónde están los principios?, ¿dónde está la democracia?, ¿dónde están los valores?, ¿dónde está el respeto por el ser humano?

- El diputado Tarek William Saab fue defensor de los derechos humanos e integrante del PRV-Ruptura

- Fue casi mi hijo putativo, se formó en Ruptura. A mi modo de ver el poder es una enfermedad. Poder y dinero son los dos ingredientes más perversos que existen en cualquier estructura humana. Si no eres una persona que está preparada para enfrentar el poder, de manera austera, despojada del narcisismo que te confiere el poder, de la megalomanía que se te despierta. Tienes que ser una persona muy sana para que el poder no te convierta en algo perverso.

Argelia continúa argumentando: "Lo que ha pasado aquí es una perversión de seres humanos que tenían ya la semilla dentro para convertirse en lo que hoy son. Personas que menosprecian a lo que antes fueron. Se aprovechan de lo que están haciendo para envilicer a quienes están a su alrededor. Tarek no fue capaz, ni siquiera de llamar cuando mataron a mi hijo, ese es el defensor de los derechos humanos. Yo le preguntaría a Tarek: ¿dónde quedaste tú?, ¿dónde está el Tarek de hace diez años?, ¿dónde está el muchacho humilde, candoroso? Frente al Tarek de hoy, prepotente, defensor a ultranza del poder, sin ninguna capacidad crítica. Cuando uno pierde eso, así sea miembro del poder ya uno está enroscado dentro de esa maraña, ya te cuesta trabajo salir, porque si vas a salirte te la van a cobrar. Es bueno hacerse la autocrítica permanentemente de tu actuación en la vida. A mucho de ellos se les olvidó que su vidas tienen que ser una crítica de cada cosas que hacen, que no se es poseedor de la verdad absoluta. Ellos ahora creen que no hay nada que haya hecho mal, que los muertos son justificados que los robos están justificados, que la delincuencia está justificada, que el robo está justificado, sobre la bases que ahora estoy en el poder".

EL PRV EN EL PODER

Argelia Melet recuerda su época de dirigente del Partido de la Revolución Venezolana (PRV), comandado por Douglas Bravo, aparato armado, y con una cara legal que era Ruptura, un periódico orientado a dar a conocer las fallas del sistema y fomentar valores y concientizar sobre los derechos de los habitantes buscando una revolución a la venezolana. En el comité central de esa organización participó Alí Rodríguez Araque, actual presidente de Pdvsa, quien antes de llegar a la Causa R y el PPT fundó un partido llamado 'Tendencia Revolucionaria" (TS) que posteriormente se fusionó brevemente con el grupo "Paso", integrado por disidentes del MAS liderados por Tirso Pinto.

-"Alí Rodríguez, para mí, es mi amigo. No lo veo desde que lo nombraron ministro. Es Alí quien debería decir si puede hablar francamente como hace años. La gente con poder se vuelve extraña".

- ¿ El PRV está en el poder o solo una parte de ellos?

- Alguien me confesó que el poder siempre es reaccionario.

- ¿Qué hará frente a Chávez y su proceso?

- Seguiría haciendo lo mismo: trabajar en lo que creo que soy buena: siquiatra. Trabajar a favor de los pacientes con cáncer; trabajar por los derechos de las personas que en estos momentos están siendo vulnerados porque no tienen medicamentos ni capacidad para costearse un tratamiento. Igualito como Liliana Ortega está luchando por esas personas, luchar dentro del espacio donde cada uno pueda.

-¿Hay salida?

- Sí. Si algo logró Chávez es que despertó conciencia en la gente. Antes se pensaba que los partidos eran los responsables de lo que había pasado. Ahora se piensa de otra manera. La gente se siente abrumada por este espacio que ha ocupado Chávez: la Asamblea Nacional, la Fiscalía General de la República, la Defensoría del Pueblo, la Contraloría, Consejo Supremo Electoral, Tribunal Supremo de Justicia. Nos está dejando arrinconados y tiene que haber una respuesta frente a eso.

CULTO A LA PERSONALIDAD

-¿Hoy más que nunca hay adulantes medrando del poder?

-"El problema es que tal vez dentro de la estructura de la personalidad de Chávez - analiza la psiquiatra Melet - lo que existe es alguien que no podía resistir a lo que es la seducción del poder, de la gloria, del jalabolismo universal, que se presentó frente a él. Un hombre creado dentro de una estructura militar, respondió como militar. Lamentablemente la izquierda de este país que siempre abominó el culto de la personalidad a partir de Stalin, se convirtió en el más devoto cultor de la personalidad, a partir de Chávez. Es algo que no debería haber pasado. La izquierda estaba vacunada contra el culto de la personalidad, supuestamente, y a partir de Chávez se convierte en la actitud del salvador y Chávez lo explota. Se niega la existencia de las personas que marchan, los ignoran ¿Qué hacían los soviéticos con los opositores?: lo mismo que los cubanos... los declaran locos. En los procesos de Stalin hubo muchas personas que fueron declaradas locas. 'Tienes que estar loco para no estar con algo tan maravilloso', decían. Eso existió, el estar locos, debes recibir un electro shock, debes ser reeducado. A mí me aplicaron el electro shock pero, de verdad, eléctrico y fue cuando estuve presa. Pero, no me declararon loca".

¿Siquiatricamente cómo podría definir a Chávez?


- No creo que Chávez, actualmente, valore la opinión de la gente. Hay un libro de Marañón que se llama Sicopatología del Poder, en donde describe ei proceso de cambio de una persona que llega a una posición de poder y cambia su forma de pensar e interrelacionarse con los demás. Hay que ser Gandhi, una humildad interior que no tiene Chávez para asumirse, diferente a como él se está asumiendo. Como la espada de Bolívar, como la diosa de la venganza.

- Cuando lo vi por la televisión diciendo el 'por ahora', me sentí feliz y me dije ahí está "José Antonio", el joven militar que participaba en nuestras reuniones y que conocíamos como "José Antonio", qué maravilla. Chávez era "José Antonio", espero que no haya sido por José Antonio Páez a quien él odia, aunque algunos lo llamaban "José María".

-El Chávez que conocí como "José Antonio" lo veía fantasiando un poco sobre lo que sería la toma del poder que era lo que se discutía, sobre lo que iba a pasar en el país. Era una situación en donde los principios de la democracia se habían pervertido. Por cierto, Chávez usó como bandera la lucha contra la corrupción y no hay presos ni de la Cuarta, ni de la Segunda, ni de la Quinta República, ni la de Guzmán Blanco para acá.

- ¿Teme algún tipo de represalias?

- Sí pero estoy clara que debemos hacer algo como ciudadanos. Si mis palabras sirven para crear conciencia en un pequeño grupo, entonces algo estamos haciendo. No creo que el chavismo sea algo homogéneo, estoy segura que no lo es. Tengo amigos dentro del MVR. Sé de gente que sigue a Chávez que está pelando bolas, que no se ha corrompido, que no se ha convertido en un corrupto más. Esa es la reserva. Creo en esa reserva de gente que estuvo en un proceso de lucha en el cual predominaban los ideales, era gente que no pensaba llegar al poder para lucrarse.


Una revolucionaria atacando el cáncer


Melet es también médico con postgrado en psiquiatría. Actualmente ejerce su profesión en el hospital anticanceroso Padre Machado y en una clínica privada. También da clases a los estudiantes del postgrado de oncología médica, dicta un taller semanal para las pacientes de cáncer de mama y es presidenta de Fundaseno, una organización que brinda apoyo a las mujeres que sufren dicha enfermedad.

- ¿Son muchos los casos de cáncer de mama en Venezuela?

- No sólo en el país sino en el mundo entero. Países como los Estados Unidos tienen más posibilidades de detectar rápidamente el cáncer de mama porque hay más educación, conciencia y prevención. Es más curable en ese sentido. En Venezuela todavía la parte de información y de prevención es bastante rudimentaria, a pesar de que en cualquier nivel socio-económico se puede encontrar una mujer con ese mal. Es la segunda causa de muerte por cáncer en la mujer. La primera es el cáncer de cuello uterino que es típico de los países subdesarrollados. Este tipo de cáncer no debería ya existir. Es necesario educar a través de la prensa, radio y televisión, urge una campaña en el sentido de informarle a la mujer la necesidad de hacerse el auto examen y una mamografía. A partir de los cuarenta bianual y de los cincuenta en adelante anualmente. Es un problema de políticas públicas. Hemos empezado a hacer campañas de prevención. Llevamos años haciéndolas con diversas instituciones. En el 2003 fue con los bomberos metropolitanos, el museo Alejandro Otero, la Policía Metropolitana. Hacemos foros para que la comunidad se entere de la existencia del cáncer de mama. Ahora hay mayor alerta, mayor pero en general existe poca conciencia del problema.

Narcisismo Maligno
Adrián Liberman* / El Nacional (Venezuela) - 11/02/08

El psicoanálisis nos enseña que existen ciertas personas que padecen de narcisismo maligno. Son individuos con severos trastornos en las relaciones interpersonales, que se tienen a sí mismos en alta estima, pero son incapaces de empatizar y ponerse en el lugar de los demás. Irascibles, impulsivos, pueden ofenderse si se les lleva la contraria, al punto que sus vínculos son inestables y no soportan otra perspectiva de la realidad que la propia. No, no me estoy refiriendo a quien usted cree. Aunque encaja en la descripción, en nuestro país existe una prohibición expresa que limita a los profesionales de la salud mental cualquier diagnóstico o referencia sobre la psique de usted sabe quien.

Hoy me refiero a la conducta de Piedad Córdoba, cuando se le preguntó su opinión acerca de los actos de rechazo masivo a las FARC llevados a cabo en casi todo el mundo. Desde su look de Miriam Makeeba trasnochado, Córdoba sostuvo que tales actos “le resbalaban”, mostrando así una seria incapacidad para conectarse con las mayorías. Déficit preocupante éste, cuando la tal señora es una senadora que necesita de los votos de otros para ocupar su curul e insiste en darle beligerancia a una caterva de asesinos. Que algunos políticos son insensatos y que pueden ser arrastrados por su estupidez, era cosa que ya sabían los romanos. Por ello, cuando un emperador desfilaba triunfalmente, ponían detrás de sí un esclavo que le susurraba constantemente, “recuerda que eres sólo un hombre”. Llamado a la sensatez que no siempre funcionaba, como no lo hizo con Hitler, Mussolini o Stalin.

Así, el empeño de Córdoba por negar que la gente está harta de las FARC (y, por contigüidad, de ella también) hace pensar en este déficit en la constitución psíquica, este agujero que en lo mental le hace insistir en defender la hez de Colombia.

Las FARC son sólo una
horda asesina y desalmada, sin atisbo de ideología que la sustente y que han rechazado todo acuerdo de integrarse a la vida política normal, porque se saben vacuos y sin propuestas. No pueden despojarse de las armas, ni del narcotráfico, porque intuyen que transformados en movimiento político pasarían a ser nulos e irrelevantes. Atrapados como están, se muestran despreciativos y refractarios a cualquier propuesta que los desarme y los haga tener que ganarse espacio con votos, no con secuestros.

Pero mientras la tragedia colombiana discurre, uno tiene que renovar el asombro y el asco frente a los que defienden criminales sin parpadeo alguno. Un político debiera ser un lector del ánimo imperante, alguien que se pregunte qué mensaje habrá en tanta multitud protestando, y que tendría que medir su comportamiento frente a ello.


Tirofijo no hace eso, porque no es político sino simplemente un viejo amargado y vengativo, siempre que aún esté vivo (no puedo dejar de pensar que para un asesino como él la más dolorosa agonía luce como alguna forma de justicia). Pero Córdoba, además de soberbia, muestra desprecio y falta de empatía cuando piensa que todos están equivocados, excepto ella. Evidencia la acción de este narcisismo maligno, que tanto sufrimiento produce en sí y en otros. Sufrimiento al que los latinoamericanos estamos acostumbrados a fuerza de haber escogido a tantos resentidos con pretensiones mesiánicas para gobernantes.

La tragedia más horrorosa no es el narcisismo maligno de una senadora que pasará más pronto que tarde al olvido, sino la compulsión a la repetición de los pueblos que piensan que este tipo de personas puede constituir la respuesta a sus padeceres.



[*] E-mail: adrianliberman@gmail.com








Sociopatía del chavismo
Luis José Uzcátegui* / El Universal (Venezuela) - 10/12/09

Presenciamos, impotentes, el ataque perverso de personalidades antisociales

La tenebrosa crisis económica y financiera que está convulsionando a Venezuela vuelve a mostrar la tragedia que se genera en un país cuando los mandatarios pierden el control de su cordura. Cuando llegan a estar demasiados enloquecidos ¿Qué se puede esperar? Presenciamos, impotentes, el ataque perverso de personalidades antisociales. Maniáticos por mantenerse en el poder y robar cada día más se han metido las instituciones en sus sobacos y no hacen otra cosa que aullar a través de la mentira, improvisar y culpar de sus fracasos a los demás.

Cuando una nación está bajo el dominio de mentes que
se burlan de todas las normas y leyes, que engañan reiteradamente, que son soberanamente deshonestas y se inspiran en la impulsividad e incapacidad para planificar futuro se hace inevitable la existencia de gobernantes taimados y sin moral.

Toda sociedad dirigida por seres que se irritan similares a
"guapetones de barrio" y agreden desaforadamente ya que no les importa el bienestar de los otros pues sus doctrinas reales no van más allá de la cruel despreocupación por el ciudadano, al final no pasan de ser macabros vendedores de anarquía y como son altamente irresponsables no tienen ningún tipo de remordimiento llevando al país a funcionar como un lenocinio de mala muerte.

Todo este morbo es contagiado por el mandatario y convierte en cabezas del mal a no más diez seguidores que sienten sus núcleos antisociales henchidos de energía ya que les llegó la oportunidad. Previo a este festín transgresor algunos no pasaban de mostrar
lívidos destellos psicopáticos y otros desde hace décadas si expresaban sus trastornos antisociales de personalidad, mientras los integrantes de las instituciones que ya llevan mucho tiempo sólo sirviendo para el dolo, hablar tonterías y dar explicaciones a todo lo que no entienden ni saben, a lo chévere celebraban sus fechorías.

En este tipo de
barbarie moderna toda nación se atrofia, se deteriora y se envilece y si comparamos el grado de sociopatía con el de otros periodos políticos no hay referencia ya que en el actual, la tortura psicológica, el terror y el cinismo lo empaquetan dentro del show, la guasa y el festín. Antifaces de liviandad usados para encubrir once años de esta práctica antisocial que azota y enferma atrozmente a la sociedad venezolana.

[*] Web: www.gerenciaemocional.com / E-mail: emocion@cantv.net

Líderes tóxicos
Axel Capriles M. * / El Universal (Venezuela) - 27/08/09

Alimentan las necesidades e ilusiones de las personas para engrandecer su propio poder

La proliferación de líderes con efectos malsanos y devastadores en sus países y organizaciones ha producido nuevas preocupaciones y nuevos enfoques en los estudios de liderazgo, como los de Jean Lipman-Blumen sobre "liderazgo tóxico", la teoría social del liderazgo y el carisma o los trabajos sobre "liderazgo psicopático" que hemos adelantado en psicoanálisis.

¿Por qué hay tantos líderes cínicos, inescrupulosos, mentirosos y deshonestos aún en sociedades con sistemas de elección democrática? ¿Por qué la gente escoge libremente y entrega el poder a personas de
ambición insaciable, a individuos egocéntricos, narcisistas, incompetentes, preocupados por el bienestar de la población sólo a nivel de máscara?

Sorprenden las nuevas herramientas del Despotes, el uso sombrío del método democrático y de las leyes para la conquista y permanencia en el poder, la utilización de los valores e ideales del desarrollo humano como instrumentos perversos de dominación. Hay, por demás, mayor liviandad y aceptación de los antes considerados trastornos del carácter que ahora resultan en la fascinación y el enamoramiento de los seguidores, mayor indefensión ante el mimetismo y la
seducción psicopática.

Líderes tóxicos son aquellos que alimentan las necesidades e ilusiones de las personas para engrandecer su propio poder, que debilitan la autonomía y capacidad de acción de los seguidores
haciéndolos dependientes de él, que polarizan a la población y producen confrontaciones innecesarias. El líder malsano juega con los temores y necesidades de las personas, rechaza la crítica constructiva, crea chivos expiatorios para responsabilizarlos de sus propios fracasos, subvierte las instituciones y los sistemas legales, desatiende los resultados y las realizaciones concretas, se aferra al poder e impide el ascenso de nuevos dirigentes.

A las organizaciones y sociedades con ese tipo de líderes les toca revisarse y analizarse para descubrir el germen de la enfermedad en su propia alma colectiva.

[*] E-mal: axelcapriles@cantv.net

El método retrechero
Axel Capriles M. * / El Universal (Venezuela) - 30/07/09

Voracidad y fanatismo
Axel Capriles M. * / El Universal (Venezuela) - 04/12/08

El mandatario sectario es incapaz de reconocer sus carencias y demandas

Si no fuera por su inmenso poder y por el efecto perverso que ha producido en nosotros y en toda la sociedad venezolana, el presidente de la República, visto con la sabia distancia del tiempo, daría más lástima que admiración o temor.

Un
triste personaje desesperado por el poder, hambriento de ser el centro, preocupado sólo por el mando, por sí mismo, carcomido por sus ambiciones y sus miserias, infeliz, incapaz de tener un momento de paz, de sentir solaz.

El estado de avidez y de violencia constante que experimenta el presidente de la República está íntimamente ligado como el mecanismo psíquico que los psicoanalistas llaman voracidad: la incapacidad de sentir satisfacción. El niño siempre pide más y más, necesita más, porque no logra contento, nada lo satisface. Peor: en esa progresiva exigencia, mientras más pide, más insatisfecho se siente, con lo que refuerza la frustración, el resentimiento, la envidia y el ataque destructivo al objeto malvado y amenazante que se niega a darle el poder.

La voracidad se conecta con el
furor narcisista. La experiencia de insatisfacción conlleva a un nivel de intolerancia por el que el niño, ante cualquier contrariedad, es tomado por un ataque de rabia, cae en una rabieta narcisista que lleva a la destructividad y a la violencia. La identificación con el líder carismático se da, con mucha frecuencia, en estos niveles del psiquismo dominados por la frustración y el odio. El yo débil del fanático se compensa con la grandiosidad y el afán de venganza del mandatario sectario. Aprovechándose de las miserias de los otros, el líder manipula la envidia y convierte a sus oponentes en objetos de ataque.

Todo lo que hace el opositor es diabólico, una amenaza en su intención de apropiarse de todo aquello que pueda dar satisfacción. El mandatario sectario es incapaz de reconocer sus carencias y demandas excesivas, la arbitrariedad y prepotencia con que busca más poder. Cualquier concesión al contrario desata la ansiedad persecutoria y le da la sensación de que puede ser destruido.

"No te dejes caribear"
Ana María González G.* / El Universal (Venezuela) - 21/12/08


"El pícaro es un transgresor... además tiene elementos de humor, de chiste"

La picardía es uno de los temas claves para entender uno de los rasgos lamentablemente distintivos del venezolano; y el psicólogo y terapeuta Axel Capriles lo devela minuciosamente en su libro La picardía del venezolano o el triunfo de Tío Conejo (Taurus, 2008).

-¿Qué es un pícaro?

-Un transgresor, en quien la maldad no surge como primera característica y además tiene unos elementos de humor, de chiste. Pero está en el límite del pícaro que se caracteriza por su cinismo, por no tener valores, que se puede convertir en delincuente y hasta en psicópata.

-Eso es peligroso, alguien así podría hacer lo que le da la gana...

-Y es el pícaro que no se detiene en principios, con tal de obtener lo que quiere, aunque no es el psicópata.

-Vende a la madre, pero no la mata.

-No llega al crimen.

-¿Si el pícaro es la expresión de un arquetipo universal, por qué hablar de la picardía del venezolano?

-Por su presencia como rasgo dominante en nuestra cultura. Hay una expresión que no menciono en el libro pero que recordé recientemente, y es el verbo "caribear". "No te dejes caribear", le decían a uno pequeño, no te dejes engañar, no seas tomado por tonto. Es una especie de mandato fundamental. La viveza es un valor cultural. Lo que particulariza nuestra sociedad es la celebración de la astucia, la chispa y la viveza. Disfrutamos y encontramos graciosas las historias de infracción y transgresión de la norma. En todos lados hay pícaros y embaucadores, pero raras veces se los celebra. Aquí son una especie de héroes culturales. Además, en un país ahogado por las normas rígidas y la burocracia, la astucia es una función de adaptación indispensable para sobrevivir. Si no somos suficientemente vivos la podemos pasar muy mal.

-Pero si la picardía es una cultura del atajo, de rapidez y flexibilidad, ¿cómo es eso de un país ahogado por normas rígidas?

-Has dado en un punto bien importante y bien interesante desde el punto de vista psicológico, sobre todo porque afecta sobremanera nuestra vida cotidiana. Es la gran paradoja. El pícaro es arquetípicamente el espíritu del desorden y pareciera que para compensar el caos y la anarquía que su presencia propicia hemos desplegado una inusual rigidez de procedimientos, un exceso burocrático que complica hasta las más simples tareas de todos los días. Todo reclama papeleo, prelaciones, formalidades. Sacar un pasaporte, registrar un documento de venta, cualquier trámite que necesitemos como ciudadanos se hace cuesta arriba. No es así en otros países donde las autoridades están para simplificar las cosas y ayudar a los ciudadanos. ¿Por qué la rigidez, la prepotencia, la arbitrariedad, el exceso burocrático? Pareciera que la informalidad y la flexibilidad son rasgos predominantes en nuestra consciencia. Como el orden y la norma no son valorados suficientemente ni tienen mucho espacio en nuestra visión del mundo, cuando aparecen lo hacen de manera burda, rígida e inadaptada.

-¿Cómo se manifiesta la picardía en la vida política del país?

-El pícaro es una persona sin escrúpulos que busca caer parado y aprovecharse de cualquier situación. Es el tránsfuga que cambia el color de su franela con tal de tener la barriga llena. No tiene verdaderos ideales y utiliza todo tipo de engaños para conseguir su bien. Ya esa imagen nos habla de los excesos cínicos en que ha caído la política venezolana de los últimos años. De entrada, pareciera que el pícaro y el avispado, que hacen lo que les da la gana, que no se someten a la norma y burlan la ley, son antídotos en contra del autoritarismo. No es así. La máxima colonial "se acata pero no se cumple" es un legado de la picardía que se ha convertido en una extraña forma de sumisión política. El pícaro es insensible a los valores y se somete sin vergüenza al mando del más fuerte a quien luego burla con astucia. Pero el vivo no se rebela, no se opone a la autoridad, no se enfrenta al mandón, no lo confronta ni busca cambiar el orden establecido. Pasa agachado. Es, en realidad, una fuerza conservadora que baja su cabeza ante el poder.

-¿La fortaleza del Estado es un estímulo o una limitación a la picardía?

-Si hablas de un Estado de derecho con poderes e instituciones independientes y fuertes, veríamos una disminución de la astucia y la viveza como fórmulas de adaptación. El ciudadano estaría mucho más protegido y tendría pautas permanentes para orientar su conducta. Pero ese no es el caso venezolano. Aquí, por el contrario, el Estado, como presencia titánica y todopoderosa, es el principal estímulo a la picardía. Cuando el Estado invade los rincones de la vida privada y las actividades económicas de los ciudadanos, cuando impone todo tipo de controles y regulaciones y pretende maniatar a los individuos, el instinto básico de supervivencia encuentra en la astucia el mecanismo indispensable para devolver la libertad perdida. Además, el Estado en nuestro país en lugar de ser un garante de la ley representa la arbitrariedad del poder. Y ante la prepotencia la fuerza bruta de Tío Tigre, lo único con lo que cuenta el pequeño Tío Conejo es con su astucia y su viveza.

-¿Qué pueden hacer los que no son vivos para sobrevivir?

-Mal que bien se logra sobrevivir, pero a duras penas, muy desadaptado, le cuesta mucho. La persona que es, por ejemplo, estricta en cuanto a normas o procedimientos, en Venezuela vive constantemente peleando, de mal humor, vive ofendido, se hace difícil; mientras que la persona que se lo toma más suave, más "caribeño" lo aguanta mucho mejor.

-Según una encuesta que usted realiza en su libro, los suizos y los mexicanos ven mal a los pícaros, ¿son bobos según el modo de ver venezolano?

-Lo que muestra eso son las diferentes valoraciones de la picardía. Como es tan obvio para nosotros que lo contrario a un pícaro es un bobo, y otra persona lo ve desde un ángulo totalmente diferente, entonces dice que son cosmovisiones, mundos distintos, formas dispares de entender las cosas.


NOTA LITERARIA:
¿Quiénes y qué buscan los que ascendieron con el chavismo
a puestos de autoridad? Lo mismo que los personajes
de "El Buscón" de Francisco Quevedo:

EL BUSCON DE FRANCISCO DE QUEVEDO


El Buscón es una obra claramente conceptista en la que abundan los juegos de palabras y metáforas.

En El Buscón, Quevedo satiriza sólo a las personas, no a las ideas u opiniones. Es decir, se mete con los curas y las monjas mundanos, no con la religión; se mete con los nobles indignos, no con la nobleza; etc..

El tema central de El Buscón es, el intento de ascensión de Pablos desde ser un villano a ser un caballero. De hecho, mientras que durante todo el principio de la obra se hace pasar por noble (don Pablos) y no hace más que sufrir continuas desgracias, al final, cuando toma su puesto en la sociedad y va mendigando o se hace poeta, es entonces cuando le va todo bien.




[*] Link: http://www.eluniversal.com/2008/12/21/til_art_no-te-dejes-caribea_1196660.shtml





Este método ha servido para ganar muchos adeptos, súbditos y triunfos

La retrechería es una forma de gobierno, un método político. Según el Diccionario de la Real Academia Española, retrechero es aquel "que con artificios disimulados y mañosos trata de eludir la confesión de la verdad o el cumplimiento de lo debido".

En Venezuela usamos la palabra de otra manera. Retrechero es el que busca pleito, el contestón, el alzado; el brioso, vehemente y arrogante, el bravucón de barrio. Ambos significados nos van como anillo al dedo y describen perfectamente el principal método de la revolución bolivariana para el ejercicio del poder.

Hay toda una diplomacia retrechera, por ejemplo. Retamos a todo el que nos mira con cara rara a que nos quite la pajita del hombro. Nos acusan de cometer un delito e inmediatamente
amenazamos con romper las relaciones diplomáticas y dejar de suministrar petróleo o intimidamos con la expropiación de empresas extranjeras y la movilización de tanques. "A nosotros se nos respeta".

El método retrechero ha servido para ganar muchos adeptos, súbditos y triunfos. Sirvió, por ejemplo, para desnudar la personalidad autoritaria de José Miguel Insulza, el
típico individuo que se arrastra y doblega ante el poderoso y el fuerte mientras se torna despótico y arrogante frente al pequeño y el débil.

La segunda acepción de la palabra destaca por el auge del
cinismo, la falsedad y la mentira en el discurso político revolucionario. Con el mayor descaro puede el Presidente de la República declarar que "tenemos que crear las nuevas estructuras del Estado proletario" mientras ataca al proletariado negándole la contratación colectiva, utilizando el sicariato y la justicia penal para perseguir a los sindicalistas o despidiendo ilegalmente a obreros en medio de la inamovilidad laboral. Igual puede el Presidente aparecer en televisión rasgándose las vestiduras por los pobres mientras la población que habita en viviendas con piso de tierra y la pobreza extrema crecen a pasos agigantados.

[*] E-mal: axelcapriles@cantv.net

Pasividad y perplejidad
Pedro Delgado* / El Universal (Venezuela) - 10/06/09


A veces nos vemos más pequeños de lo que somos y por eso nos paralizamos

La persona pasiva es aquella que permanece inactiva y deja obrar al otro, deja su destino en manos del otro. Frecuentemente la pasividad está asociada al miedo, ya sea inducido como es el caso de la intimidación, o simplemente porque la persona siente que no puede hacer nada frente a su circunstancia, se siente desbordada y por tanto con miedo frente a lo que pasa.

Cuando el ser humano se encuentra presa del miedo
tiende a adoptar una actitud perpleja, de observador pasivo, paralizado.

Sea cual sea el conflicto que le toca enfrentar, cuando esta actitud predomina y se mantiene por mucho tiempo, lo que provoca es una sensación de desesperanza y depresión. Aun cuando la persona pueda sentir el más grande descontento, molestia o rabia, se encuentra sin saber qué hacer, testigo de su desgracia, muda, pero angustiada. El panorama puede ser desolador de gran incertidumbre, tocando situaciones básicas que comprometen la integridad, el futuro, la familia, la salud, y sin embargo no es capaz de protestar, de manifestar su descontento y menos de actuar. El desespero hace sentir que la única posibilidad sea salir corriendo y huir de la circunstancia. Lo que predomina en la mente de la persona consciente o inconscientemente es una actitud entreguista, que provoca que la situación la arrope.

Este sentimiento puede ser compartido cuando existen situaciones sociales que afectan a muchos, entonces el sentimiento se torna colectivo. Cualquier malestar social puede ocurrir frente a la mirada solidaria y cuestionadora, pero pasiva de todos. Las insatisfacciones pueden ser múltiples o enormes, y sin embargo la queja es mínima. Esto es frecuente ante situaciones sociales crónicas
que puedan estar afectando a una colectividad. Frente a la pobreza, desnutrición, abandono, amenaza de la pérdida de la libertad o cualquier otra manifestación social negativa compartida, se mantiene una actitud pasiva y perpleja, no se hace nada o las manifestaciones son tímidas e incapaces de modificar lo que sucede.

Esta actitud psicológica colectiva
a veces es inducida de manera planificada con la finalidad de control social. Regímenes de tendencia totalitaria frente a su necesidad de control planifican y ejecutan una guerra psicológica sistemática de intimidación para dominar. Logran mediante una estrategia planificada crear la sensación colectiva de indefensión para efectos de dominación. Una vez logrado esto, el colectivo se encuentra a su merced, testigo de lo que ocurre, pero paralizado sin saber qué hacer.

En esos momentos hay que recordar ciertos principios psicológicos: Cómo se percibe la realidad, no necesariamente es la realidad en sí misma.
A veces nos vemos más pequeños de lo que somos, minimizándonos frente a los hechos y por eso nos asustamos y paralizamos. Los recursos que necesitamos para realizar un cambio están dentro de nosotros, y casi siempre es mejor enfrentar lo que pasa antes de salir corriendo. Cuando muchos piensan juntos, las soluciones afloran. No conocemos los límites de nuestra capacidad hasta que no actuamos.

Aunque yo no lo crea...
Luis José Uzcátegui* / El Universal (Venezuela) - 02/03/09

Aquí la respuesta para el pueblo digno de porqué el objetivo real de un mandatario es destruir

A los ojos de nacionales y extranjeros cuesta creer y sobre todo entender lo que está sucediendo en Venezuela. A partir del 15 de febrero se ha desatado una intervención tipo asalto en organismos públicos no afectos al gobierno, acciones agresivas, tomas de oficinas, persecuciones, amenazas, destrozos y saboteo de la función de gobernadores y alcaldes.

Esta realidad lleva a cualquier persona sensata a asombrarse y plantear decenas de interrogantes. ¿A quién le da rédito político, social y económico esta desbandada del espanto? ¿Qué se busca? ¿Quién está detrás de todo esto?

Las respuestas son obvias para cualquiera que siga el credo de la revolución antisocial. No para la mayoría de los ciudadanos, pues en sus lógicas equilibradas es algo incomprensible. ¡Cómo entender que los abocados a promover la salud fomenten el caos y la enfermedad social! ¡Que los que tienen el mandato constitucional de sembrar la verdad se dediquen a practicar y enseñar la mentira! ¡Que los elegidos para gobernar con probidad
impulsen el terrorismo en sus diferentes facetas!

Un halo de transgresión viene acompañando a diferentes formas de gobierno desde épocas milenarias; pero en ciertos casos las políticas se convierten en destrozo social programado. El objetivo principal es sencillo: hacer que a los ciudadanos les cueste creer lo que están viviendo y lograr paralizarlos con lo que está sucediendo.

Es tal la dimensión de atrocidad y regresión social cuando se practica el homicidio oficial, que brota de las mentes del pueblo un estado de desrealización. Les parece imposible, no que se esté dando tal crueldad pues lo viven día a día, lo difícil de pensar y conceptuar es que todo radica en el funcionamiento de
la mente de un gobernante, azotada por un trastorno antisocial de la personalidad. Y lo peor es que está muy cerca de sus hijos, su casa, su barrio, su trabajo y su país... ¡Que casi todo depende de esta mente alterada!

Esta es la respuesta para el hombre y la mujer digna de porqué el objetivo real de un mandatario sea destruir. Explica cómo un individuo por años habla de amor, paz y futuro pero no pueda salirse del morbo asocial de demoler a la sociedad a cambio de
sobrevivir políticamente. ¡Es algo que va contra la parte sana de la naturaleza social del ciudadano. Que va contra su propio yo...!

[*] Web: www.gerenciaemocional.com / E-mail: emocion@cantv.net

"El político psicópata necesita fabricar crisis"
Laura Di Marco* / Revista Zeta (Venezuela) - 29/01/09


El médico psiquiatra argentino Hugo Marietán es autor de trabajos académicos de renombre internacional sobre la psicopatía. Sus recientes análisis del "político psicópata" son el tema de esta entrevista publicada por el diario argentino La Nación de la pluma de la veterana periodista Laura Di Marco. Zeta lo reproduce para sus lectores.


Otro lìder paranoico pero en
Africa

Los expertos en crear magnicidios y crisis en América.



"Los políticos de fuste generalmente son psicópatas, por una sencilla razón: el psicópata ama el poder. Usa a las personas para obtener más y más poder, y las transforma en cosas para su propio beneficio. Esto no quiere decir, desde luego, que todos los políticos o todos los líderes sean psicópatas, ni mucho menos, pero sí que el poder es un ámbito donde ellos se mueven como pez en el agua".

El que lo dice es el médico psiquiatra Hugo Marietán, uno de los principales especialistas argentinos en psicopatía y referencia obligada para aquellos que les ponen la lupa a estas personalidades atípicas, que no necesariamente son las que protagonizan hechos policiales de alto impacto.

Porque, precisamente, la alusión no se dirige a los asesinos seriales al estilo de Hannibal Lecter, el perturbado psiquiatra de "El silencio de los inocentes", sino a aquellas personalidades que Marietán define como los "psicópatas cotidianos". Personalidades especiales, pero que no sólo se adaptan perfectamente al medio, sino que también suelen estar a nuestro alrededor sin mayores estridencias. Y más aún: muchos suelen llegar a la cima económica, política y del reconocimiento social.

Lo novedoso en la definición que hace Marietán, miembro de la Asociación Argentina de Psiquiatría y considerado una autoridad en su especialidad, es que el psicópata no es un enfermo mental, sino una manera de ser en el mundo. Es decir: una variante poco frecuente del ser humano que se caracteriza por tener necesidades especiales. El afán desmedido de poder, de protagonismo o matar pueden ser algunas de ellas. Funcionan con códigos propios, distintos de los que maneja la sociedad, y suelen estar dotados para ser capitanes de tormenta por su alto grado de insensibilidad y tolerancia a situaciones de extrema tensión.

En la psicopatía, señala este experto, no hay "tipos", sino grados o intensidades diversas. Así, el violador serial sería un psicópata más intenso o extremo que el cotidiano, pero portador de la misma personalidad.


Según explica Marietán en la entrevista, hay un tres por ciento de la población con características psicopáticas. Es decir, 1.200.000 personas en la Argentina. "La relación es de tres varones por cada mujer. Son 300.000 damas y 900.000 caballeros. ¿Por qué más hombres? Sospecho que es porque la mujer utiliza su poder en el ámbito de la casa", dice.

-¿Cómo distinguir un político psicópata del que no lo es?

-Una característica básica del psicópata es que es un mentiroso, pero no es un mentiroso cualquiera. Es un artista. Miente con la palabra, pero también con el cuerpo. Actúa. Puede, incluso, fingir sensibilidad. Uno le cree una y otra vez, porque es muy convincente. Un dirigente común sabe que tiene que cumplir su función durante un tiempo determinado. Y, cumplida sumisión, se va. Al psicópata, en cambio, una vez que está arriba, no lo saca nadie: quiere estar una vez, dos veces, tres veces. No larga el poder, y mucho menos lo delega. Quizás usted recuerde a alguno así? Otra característica es la manipulación que hace de la gente. Alrededor del dirigente psicópata se mueven obsecuentes, gente que, bajo su efecto persuasivo, es capaz de hacer cosas que de otro modo no haría.

-¿Como bajo el efecto de un hechizo, dice usted?

-Son gente subyugada, sí, e incluso puede ser de alto nivel intelectual. Este tipo de líderes no toman a los ciudadanos como personas con derechos: los toman como cosas. Porque el psicópata siempre trabaja para sí mismo, aunque en su discurso diga todo lo contrario. La gente es un mero instrumento. Carece de la habilidad emocional de la empatia, que es la capacidad de cualquier persona normal de ponerse en el lugar del otro. Las "cosas", para el líder político con estas características, tienen que estar a su servicio: personas, dinero, la famosa caja, para comprar voluntades. Utilizan el dinero como un elemento de presión, porque usan la coerción. La pregunta del accionar psicopático típico es: ¿cómo doblego la voluntad del otro? ¿Con un cargo, con un plan, con un subsidio? ¿Cómo divido?

-¿El clientelismo político es, según usted, una forma de cosificación?

-Sí, porque es un "yo te doy, pero tu me lo devuelves, vienes a tal o cual acto, me respondes como yo te pido". No es un dar desinteresado ni movido por la sensibilidad de querer ayudar a quien no tiene. Es un uso de las personas para construir el propio poder.

-Eso está claro, pero ¿qué lo definiría como un acto psicopático?

-Que le está quitando a la gente la capacidad de elegir. El psicópata siempre nos deja sin opciones: la gente que manipula está en una desventaja económica tal que no tiene otra salida: o como y lo sigo, o no lo sigo y no como. La libertad de las personas es la capacidad de tener alternativas.

-¿El líder psicópata sabe que trabaja para él o cree realmente luchar por una causa superior?

-Es muy difícil entrar en su cabeza. Tienen una lógica muy distinta. Sin embargo, lo crea o no, la bandera que utiliza siempre es suprapersonal, más allá, incluso, de este momento. Esto se ve bastante, también, en líderes religiosos psicópatas, que apelan a la salvación del más allá. Otras banderas pueden ser la apelación al hombre nuevo, el proyecto nacional, la liberación, la raza superior, la Nación, la patria. El psicópata siempre necesita buscar un enemigo, para aglutinar. Y, por supuesto, nunca va a decir: "Vamos a trabajar para mí".

-¿Qué sucede con este tipo de políticos en períodos normales, sin crisis agudas?

- Bueno, ahí viene el problema, porque el psicópata no se adapta a la tranquilidad. El necesita la crisis. Ser reconocido como salvador. En la paz, él no tiene papel. No la soporta. Por eso las sociedades lideradas por políticos de estas características viven de crisis en crisis.

-¿Y este líder no puede cambiar? ¿Aprende de sus errores?

-No. Siempre es igual a sí mismo: la psicopatía es una estructura que no cambia.

-Hasta ahora, los está pintando como seres indestructibles, pero algún talón de Aquiles deben tener. ¿Cuál es ese punto débil?

-La frustración de sus planes. Cuando apuestan por un proyecto, ponen todo en él y no les sale. Ahí, el psicópata se desorganiza y empieza a hacer pavadas. Es una personalidad controladora. Por eso en el momento de la frustración puede tener actitudes absolutamente toscas, torpes. Y en este punto, la gente ve que hace macanas, una detrás de otra, y empieza a quebrarse esa unidad, que consiguió con su persuasión.

-Usted dice que se aterran al poder y que es muy difícil sacarlos. ¿Alguna sugerencia?

-Bueno, hacen falta un montón de líderes de los comunes, normales, o bien otro psicópata pesado que se le contraponga. Entre muchos logran sacar al dirigente psicópata, o, al menos, reducir su poder. Otra cosa es aprender a no elegirlos. El psicópata necesita desestabilizar siempre las cosas, aquí y allá. Por eso necesita fabricar crisis. Si uno va entendiendo cómo es su mecanismo, los puede distinguir y votar por otros líderes, que pueden ser muy carismáticos, incluso, pero no psicopáticos.

-Si algún político psicópata llegara a leer esta entrevista, ¿se reconocería como tal?

-Por supuesto que no. Terminará de leer y les dirá a sus interlocutores: ¡Qué barbaridad; cuántos psicópatas hay dando vueltas por el mundo!

Cuando yo agarré el pito aquél

"... las crisis muchas veces son necesarias, muchas veces son necesarias, incluso a veces hay que generarlas, midiéndolas, por supuesto. Lo de Pdvsa era necesario aun cuando nosotros, bueno, no es que no la generamos, sí la generamos, porque cuando yo agarré el pito aquél en un 'Aló, Presidente' y empecé abotar gente, yo estaba provocando la crisis; cuando nombré a Gastón Parra Luzardo y aquella nueva junta directiva, pues estábamos provocando la crisis. Ellos respondieron y se presentó el conflicto y aquí estamos hoy”.

Discurso ante la Asamblea Nacional, 2003.

[*] Revista Zeta No. 1692 / E-mail: revistazeta@cantv.net

Psicópata encubierto
Carlos R. Alvarado Grimán* / Soberania.org - 25/09/07

Mucho se ha especulado en torno a los supuestos trastornos mentales de Hugo Chávez. Algunos psiquiatras lo han encuadrado dentro del típico caso de un individuo con trastorno bipolar. Es decir, cambios emocionales bruscos que van desde completa euforia y alegría, hasta total depresión y tristeza. Con relación a su vida sexual, también se especula mucho. Sus hacedores de imagen han intentado proyectarlo como un Don Juan del Siglo XXI, pero recientemente un connotado periodista, miembro de la Real Academia de la Lengua española, ha introducido un nuevo elemento: su posible homosexualidad.

Realmente la personalidad de Chávez da para todo tipo de corrillos. Unos amigos, conocedores de la materia psiquiátrica, señalan que la personalidad de Chávez se ajusta perfectamente a un típico caso de "narcisismo maligno". Quienes padecen esta psicopatía son sujetos provenientes de familias disgregadas, desafectas, violentas y con conductas antisociales. El narcisista maligno es un sujeto que aunque se muestra omnipotente, en el fondo es inseguro y con profundo complejo de inferioridad; manifiesta incapacidad para identificarse con valores morales; es en esencia manipulador, mentiroso compulsivo; desprecia a sus semejantes y viola sus derechos. Puede mostrar señales de arrepentimiento o remordimiento, pero sólo como un ardid para evitar ser penalizado. En el hogar es un verdadero verdugo en eso de la violencia intrafamiliar; sus únicas relaciones personales perdurables son las llamadas parasitarias o utilitarias. ¿Encaja?

Aunque los defensores a ultranza del Presidente aleguen que su vida privada debe ser respetada, nosotros creemos que si sus supuestos trastornos mentales están incidiendo sobre su estilo de gobernar, entonces es un problema de toda la sociedad venezolana y, por consiguiente, tenemos el derecho de conocer al dedillo todo sobre su vida personal e íntima, incluyendo si en realidad es un homosexual de closet. Conocer al Chávez real, nos ayudará a comprender la magnitud de la tragedia a la cual nos enfrentamos, para así establecer estrategias que nos permitan canalizar efectivamente nuestros esfuerzos y poder liberarnos de la pesadilla chavista.

Parafraseando a Groucho Marx, diríamos que "Él puede parecer un psicópata y actuar como un psicópata. Pero no nos dejemos engañar… Quizá es realmente un psicópata encubierto".


[*] Carlos R. Alvarado Grimán / E-mail: aserne2004@gmail.com / Celular: 0414 - 790.0934




La psicología del autoritarismo
Rudolf Hommes* / El Tiempo (Colombia) - 21/11/08


Con motivo de la celebración de los 150 años del nacimiento de Freud han cobrado nueva vigencia algunos de sus escritos, no tanto los que se referían al comportamiento individual y a los conflictos internos de las personas, sino los que trataban de explicar por qué son tan atractivos los
líderes autoritarios, los fundamentalistas y los tiranos para las masas y cómo ejerce tanto poder la personalidad autocrática sobre las mayorías en determinados momentos de la historia. Estas reflexiones, que son de mucha actualidad, constituyen el tema de un interesante artículo escrito por Mark Edmunson, profesor de literatura de la Universidad de Virginia para la revista dominical de The New York Times del pasado 30 de abril [2006], titulado ‘Freud y la urgencia fundamentalista’, que es la fuente de las ideas que se presentan en esta nota.

Edmunson sostiene que la obra relevante de Freud para el análisis de la influencia de las personalidades autocráticas en el poder son libros como La psicología de grupo y el análisis del ego y Tótem y tabú. Él recuerda que en el centro del trabajo de Freud está la descomposición de la psiquis del hombre en id, el agente del deseo que no acepta que se le niegue algo; el superego, que es la autoridad que disciplina al id con severidad, y el ego, que trata de intermediar entre los otros dos. Esta intermediación es particularmente difícil y penosa porque el ego no siempre está consciente de cómo operan los otros dos integrantes y de las amenazas que representan, y porque tiene que operar en un mundo exterior, que es frecuentemente hostil.

Para Freud, este conflicto permanente define la vida de las personas y es la fuente de sus ansiedades. Para resolver el conflicto interno y las amenazas del mundo exterior, Freud creía que la humanidad había encontrado un número de soluciones, muchas de ellas intoxicantes, que le permiten hacer más soportable el superego o manejar las otras ansiedades. El alcohol es una de ellas. El amor romántico y apasionado cumple también con el propósito porque el ser amado suplanta al superego, y cuando es correspondido, el amor crea un sentimiento "de mágico bienestar". "Un ser dividido se transforma en uno solo, (temporalmente) feliz", dice Edmunson. De ahí surge la conexión con la política.


A Freud le parecía que la relación que forman los pueblos con sus líderes autocráticos es una relación erótica. "¿Qué sucede cuando los miembros de las masas son hipnotizados por el tirano?", pregunta Edmunson. El tirano se toma el lugar del superego. Y calma las ansiedades. "En lo que el superego es inconsistente y frecuentemente inaccesible porque es inconsciente, el líder es claro y absoluto". Promulga un código único, hace a un lado las diferencias y los conflictos entre códigos y valores en competencia, que son una fuente de ansiedad para la psiquis.

El líder autocrático, como se toma
grandes libertades contra las instituciones y la tradición, también es permisivo. El superego condenaba la violencia, el robo y la destrucción. "El líder las permite, pero en circunstancias prescritas."

Para que ese líder tenga éxito en remplazar al superego por algo "más sencillo y finalmente más permisivo", tiene que dar la impresión de ser magistral, debe mostrar absoluta confianza y no depender sino de sí mismo... Va a prometer liberar a la gente de su confusión y a proveer unidad de propósito, para sustituir lo que era fraccionamiento y ansiedad. Pero el precio que se paga es alto, porque la simplificación que ofrece el gran hombre va a
involucrar inevitablemente odios y violencia. Cuando una sociedad relativamente democrática es amenazada por la violencia y el terrorismo, surge una urgencia de unión y la necesidad de defenderse por cualquier medio. El peligro es que "se vuelvan tan feroces, tan monolíticos y tan unificados como el enemigo" y que busquen su "gran hombre, se cieguen ante sus defectos y dejen de preguntar y de alegar", concluye Edmunson.

[*] Link: http://independent.typepad.com/elindependent/2006/05/la_psicologa_de.html

Mandamientos histriónicos
Luis José Uzcátegui* / El Universal (Venezuela) - 16/10/08

Del manojo de órdenes de un cerebro fuera de control sobresalen otras funciones

Las cosas que suceden en un país siempre van a ser más fáciles de entender y predecir si se va a la causa inicial, eso que los romanos llamaban ab ovo. Los repetidos destrozos que los políticos infieren a los pueblos se deben a diversos factores, pero sobre todo, a la personalidad del Jefe de Estado.

Como sucede en Venezuela las naciones con ningún equilibrio de poderes e hipertrofiado el Poder Ejecutivo tienen el mejor caldo de cultivo para el desbarajuste histriónico de un gobernante. Le permite montarse -por un tiempo- en la cresta de la popularidad ya que sigue a cabalidad las indicaciones de un cerebro que en épocas pasadas era asociado a personalidades infantiloides, y se sabe que la comunicación de los niños es grata y ambigua, hasta que la convierten en patraña emocional.

Solamente un histriónico sin control puede pasar tanto tiempo convertido en centro de atención. De aquí que parecen seres "incansables". Necesitan vivir en un show eterno, pues de otra manera se sienten muy mal. Además predomina el mensaje empalagoso, provocador, agresivo o insultante con lo cual controla sádicamente a sus lacayos y confunde al pueblo. Su estado de ánimo cambiante le impele a mostrar expresiones afectivas superficiales y abruptas que son interpretadas como encanto, carisma y "sapiencia" política.

Al tener como única referencia su yo corporal, el aspecto físico lo utiliza hasta dormido para llamar la atención sobre sí mismo. Después vienen los mensajes verbales altamente subjetivos y carentes de matices. A esto se le suma
autodramatización, teatralidad y exagerada expresión emocional. ¡Y los resultados son obvios...! Aparece el gran líder que invade de pantomimas a su país y a dirigentes de los mundos subdesarrollado y desarrollado que cada vez son más consumistas, imberbes, histriónicos y con una desmesurada avidez por el "vil metal".

Del manojo de órdenes de un cerebro histriónico fuera de control sobresalen otras funciones. Es altamente sugestionable y su
dificultad para generar afectos estables le lleva a inventar una intimidad en las relaciones que nunca existe. ¡Y es entonces -si se encuentra un buen consejero del mal- que cualquier cosa puede suceder...! Es a este cerebro al que hay que controlar o en épocas electorales utilizando un eufemismo cursi se podría decir: ¡Vencer!

[*] Web: www.gerenciaemocional.com / E-mail: emocion@cantv.net

Sembrando odios
Pedro Delgado* / El Universal (Venezuela) - 11/07/07


El líder responsable debe estimular el diálogo, no imponer la concepción de un sector

Divide y reinarás, frase conocida que muestra una forma vil de hacer política estimulando la discordia, promoviendo la confrontación, sembrando odios.

La mitología griega describe la cara oscura de Ares, dios de la guerra, como provocador, que hallaba regocijo en el conflicto. Dos de sus hijas, Deimos (miedo), phobos (fobia) señalan una de sus peculiaridades: el arte de la intimidación. Ares nos describe el arquetipo psicológico del gobernante que intenta dirigir basado en la confrontación. Es un gobernante hipersensible a la critica, que reacciona irracionalmente provocando el enfrentamiento antes que el diálogo para mantener su dominación. He denominado "Efecto Ares" la forma de mantenerse en el poder es
timulando diferencias y propiciando la confrontación como manera de crear polarización y así favorecer la visión amigo-enemigo en todas las manifestaciones sociales para evitar el diálogo y los matices de gris propios del fenómeno social. Separar para gobernar.

El Efecto Ares busca la descalificación automática del otro, la visión radical que evita la reflexión y el diálogo. Promueve el fenómeno psicológico de "Asimilación Sesgada - Actitud Polarizada" donde la disidencia se interpreta como ataque para alimentar el enfrentamiento, y donde se busca la polarización "amigos-enemigos" para evitar acercamientos. En ese escenario no es posible que una parte de la sociedad comprenda la realidad de la otra, pues la vive como enemiga que sólo quiere su destrucción. Se evalúa la realidad desde "mi parcialidad".


Lamentablemente el Efecto Ares lleva todos las expresiones sociales al terreno de la confrontación, acentúa las diferencias, y gobierna por aceptación incondicional de los "míos" y descalificación de los "otros". Esta postura es compartida por igual en ambos bandos, limitando la comunicación efectiva y reflexiva para la solución de problemas sociales comunes que no es posible reducir a visiones parcializadas. Los problemas esenciales de una sociedad son compartidos y deben ser resueltos por el diálogo y el consenso. El deber del líder responsable es estimular el diálogo, no imponer la concepción de un sector de la sociedad sobre el otro. Cuando el líder fomenta la discordia (otra de las hijas de Ares) promueve el modelaje social de la confrontación irracional y parcializada como forma de resolver las diferencia reales o imaginadas.


Para salir de este círculo se hace necesario que surja de la sociedad la iniciativa del diálogo para la solución de necesidades compartidas como el deseo de libertad y justicia o urgencias básicas como seguridad, vivienda y educación con fórmulas de consenso y no mediante la imposición de un modelo parcializado de un sector de la sociedad. Hay que tomar conciencia de que está siendo utilizado para fines egoístas y abandonar el enfrentamiento estéril. Hay que abandonar la fase improductiva del enfrentamiento. De allí que el ejemplo que nos están dando
sectores jóvenes de la sociedad que buscan acercamientos sin dejar de ser críticos nos indica el camino.

[*] Dr. Pedro Delgado / Humana Tlf : 212- 5500425 - 9852222 / www.humana.com.ve

El dios Marte
Pedro Delgado* / El Universal (Venezuela) - 05/03/08


El hombre dominado por este arquetipo tiende a responder impulsivamente

El dios Marte, como lo denominaban los romanos, sirve de modelo para describir las características de un tipo psicológico masculino.

Marte, Dios de la Guerra, era poco respetado en la mitología griega, cultura centrada en el arte. La mitología romana por lo contrario lo tenía en muy alta consideración, pues era una cultura guerrera. Para los griegos era una divinidad despreciable por su impulsividad y agresividad, en cambio para los romanos era un guerrero respetable y temido a quien se percibía como invencible, envuelto en una armadura refulgente, que infundía pavor. Sus emociones desenfrenadas lo hacían participar continuamente en enfrentamientos. Su única motivación era el combate. Era un líder emocional que se presentaba como defensor de la justicia, pero eso sólo era un disfraz, pues su verdadera motivación era la pelea. Tuvo varios hijos, entre ellos Deimos (miedo) y Phobos (pánico) que lo acompañaban siempre en las batallas. Tenía una hermana llamada Éride cuyo nombre significa discordia. Infundir pavor y generar discordia son características del dios, y de la persona que se identifica con este arquetipo.

El hombre dominado por este arquetipo tiende a responder impulsivamente a sus emociones, sin que medie el pensamiento o la reflexión. Genera amor u odio entre los que lo rodean, como en la mitología lo hizo Marte entre griegos y romanos. Puede despertar admiración y hasta culto en algunas personas, así como el más absoluto rechazo, desprecio o temor en otras. Esta personalidad utiliza a los grupos a quienes lidera a su conveniencia, y
las subordina a intereses personales o políticos que giran en torno al combate con enemigos reales o imaginarios.

El hombre influido por este arquetipo es una personalidad de acción, irreflexiva. Tiende a descalificar y destruir a quien se le opone. Tiene una personalidad fuerte y dominante. Con su actitud puede intimidar a los que lo rodean si se trata de personalidades débiles.


Puede liderar grandes movimientos sociales o políticos, pero su impulsividad pone a riesgo su proyecto político o social y expone a sus seguidores a los vaivenes de su impulsividad, o a los riesgos de su condición guerrera y querulante (delirio por la pelea reivindicativa). Es un buscador de pleitos y genera alianzas con amigos para que tomen parte parcializada en su cometido. Provoca situaciones a su alrededor, para que la gente esté con él o contra él. No contempla términos medios, por ende tiende a estimular radicalismos irracionales.


Aunque denuncia la injusticia, por su forma inapropiada de hacerlo, genera discordia. Como tiende a no ser consecuente y no tiene proyectos definidos a largo plazo sino los que giran en torno a sus intereses o a su motivación guerrera, con frecuencia termina decepcionando a quienes creyeron en él. Su impulsividad tiende a crear caos en los ambientes en que se desenvuelve, y
siembra la intriga y el enfrentamiento entre grupos para mantener su liderazgo (siempre se acompañan de Éride: discordia).

Cuando Marte domina en una sociedad, los riesgos de guerra y caos son grandes, si no se le pone límites a su irracionalidad.

Chávez y Narciso: La Presidencia como espectáculo
Herbert Koeneke R. - VenEconomía* / Soberania.org - 06/08/08

Diagnósticos psiquiátricos realizados “a distancia” presentan a Hugo Chávez como una personalidad histriónica y narcisista. Aunque el trastorno fuese objetivamente incapacitante en este caso, es casi nula la probabilidad de que se produzca un diagnóstico oficial que conduzca a su remoción de la Presidencia, de acuerdo con lo previsto en la Constitución y como lo han sugerido voceros del MAS



(VenEconomía, Octubre de 2001) La buena salud física y mental de un Presidente es condición necesaria, aunque no suficiente, para un desempeño exitoso al frente de un gobierno democrático. Algo parecido a lo que puede afirmarse, en sentido contrario, con respecto a una enfermedad o desequilibrio que incapacite: que sienta las bases para su eventual fracaso como gobernante. Por esta razón, los textos constitucionales que norman la vida política de las democracias establecen procedimientos para remover del cargo a quienes se ven súbitamente incapacitados para seguir ejerciéndolo. La Constitución de los Estados Unidos lo prevé en la sección primera de su artículo 2, mientras que la Constitución venezolana vigente hace lo propio en su artículo 233.

No obstante esta previsión legal, su efectividad ha sido cuestionada debido a las dificultades que a menudo se presentan cuando se intenta demostrar que un Presidente en ejercicio se halla física o psicológicamente incapacitado para mantenerse en el poder.

Woodrow Wilson, presidente de Estados Unidos durante dos períodos sucesivos (1913-1917 y 1917-1921), sufrió en septiembre de 1919, en el clímax del proceso para asegurar la ratificación parlamentaria del Tratado de Versalles, un ataque hemipléjico seguido de un infarto que lo alejaron inevitablemente del debate político. En lo que constituyó una derrota personal para él -pues fue quizás el más importante propulsor del mecanismo internacional de la seguridad colectiva, que encarnaría en la Liga de las Naciones- Wilson resultó un perdedor en su intento por lograr la ratificación por el Senado de ese tratado, con lo que se frustró la incorporación de su país a la Liga.

El conocimiento público de la enfermedad del Presidente fue minimizado gracias a la acción concertada de su médico personal, Cary Grayson, de su secretario privado, Joseph Tumulty, y de su segunda esposa, Edith, quien aisló a su postrado cónyuge en la Casa Blanca y actuó como filtro de las comunicaciones que entraban y salían del despacho presidencial. Gracias a ello, Wilson logró concluir, con sus habilidades muy menguadas, su segundo período en 1921.


En otras ocasiones, menos frecuentes, la incapacidad del Presidente queda en evidencia ante los ojos de todos, con lo que se hace posible su remoción. Tal fue el caso, según la opinión de observadores y analistas, del mandatario ecuatoriano Abdalá Bucaram, apodado “El Loco”, quien, habiendo sido elegido presidente en 1996, fue sacado del cargo unos meses después. En cualquier caso, tanto por las dificultades envueltas en la detección de la incapacidad de un gobernante -gracias a la ocultación cómplice de sus validos- como por los elevados costos políticos, financieros y de tiempo que implica su eventual remoción, se ha propuesto desde hace años la aplicación de procedimientos preventivos o de filtro de los aspirantes a la Presidencia de un país, que permitan inhabilitar electoralmente a quienes estén aquejados de alguna enfermedad o desequilibrio que los pueda incapacitar.

El método más expedito sería el de exigir un diagnóstico médico y psiquiátrico confiable sobre el estado físico y mental de los candidatos, pero ello supone decisiones difíciles de aplicar por diferentes razones, entre las que sobresale el hecho de que la realización y divulgación de esos exámenes tiende a ser vista como una violación inaceptable de la privacidad de los políticos y funcionarios que aspiran a cargos electivos.

Por esta razón, el New York Times propuso en 1987 a los precandidatos a la Presidencia de Estados Unidos que pusieran a disposición del público, en forma voluntaria y no compulsiva, tanto sus historias médico-psiquiátricas como sus antecedentes personales contenidos en los archivos del FBI.
Algunos enviaron al periódico la información solicitada, pero otros no, incluyendo uno que se negó en forma pública y rotunda a hacerlo con el alegato de que no estaba solicitando un empleo en ese medio de comunicación social.

En el ámbito académico, distintos investigadores han propuesto esquemas para tratar de diagnosticar a distancia (es decir, sin el contacto cara a cara) posibles afecciones de incapacitación de candidatos presidenciales, utilizando para tal fin la información biográfica disponible sobre ellos. Ya en 1930, Harold Lasswell había sostenido en abono de esa propuesta que la “ciencia política sin biografía es una forma de taxidermia” (Psychopatology and Politics). Cuatro décadas más tarde, en 1972, James Barber publicó su obra The Presidential Character. Predicting Performance in the White House, en la que sostenía que si Richard Nixon resultaba reelecto para un segundo período en noviembre de ese año, conduciría su país a una crisis constitucional. De acuerdo con Barber, el carácter activo-negativo de Nixon (mucho trabajo sin disfrute del mismo) revelaba una búsqueda y ejercicio compulsivo del poder como fórmula para realzar su baja autoestima.

Según este enfoque, Nixon sería capaz de desplegar cualquier tipo de comportamiento, ya liberado de las formalidades que deben guardar quienes aspiren a un segundo mandato, incluyendo la violación de la Constitución y de las leyes, con tal de hacerse obedecer y adular. Nixon fue reelegido de manera abrumadora (61% del voto popular), pero el 9 de agosto de 1974 debió renunciar al cargo ante su inminente sometimiento al impeachment y su eventual remoción por su responsabilidad en el caso Watergate. La materialización de la predicción hecha por Barber legitimó en gran medida esta perspectiva psicodinámica para analizar y pronosticar el desempeño de un Presidente.


El caso de Hugo Chávez Frías

Para el 2 de febrero de 1999, momento en el que Hugo Chávez Frías asumió la Presidencia de la República, ya existían datos biográficos e indicios suficientes como para formular algunas hipótesis en torno a su carácter y estilo de conducta dominante, así como sobre las posibles repercusiones políticas de esas facetas de su personalidad. De hecho, el psiquiatra Luis José Uzcátegui, en trabajo publicado en febrero de 1999 (Chávez, Mago de las Emociones), planteó, con base en evidencias de ese tipo, que elementos de la personalidad chavista podían estar “cerca de estados narcisistas, histriónicos y rozan la paranoia” (p. 31).

Hoy, luego de haber ejercido el poder durante treinta meses (febrero 1999- octubre 2001), el perfil psicológico de Hugo Chávez se ha hecho más nítido, no sólo por la reiteración ostensible de ciertos patrones de comportamiento, sino además por la revelación de datos hasta hace poco inéditos sobre su vida.

De este modo, a mediados del año pasado, la doctora en psicología María J. Bustamante publicó en la revista Cambio, dirigida por Gabriel García Márquez, los resultados de una investigación que sugieren que Chávez padece el desorden de personalidad histriónico-narcisista. De acuerdo con este trabajo, que emplea los criterios de diagnóstico de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), el desorden se hace reconocible al comprobarse la presencia de más de diez de los siguientes síntomas:

1) sentido grandioso de la propia importancia,

2) exageración de aciertos y talentos,

3) preocupación con las propias fantasías de poder,

4) demanda excesiva de admiración,

5) sentido de ungido, de benemérito,

6) conductas dirigidas a la exclusión de quienes no estén con él,

7) carencia de empatía,

8) sentimientos de incomodidad cuando no se es el centro de atención,

9) conductas frecuentemente teñidas de intentos seductores,

10) despliegue de expresiones cambiantes y superficiales de emoción,

11) uso de la apariencia física o del atuendo para llamar la atención,

12) empleo de un discurso excesivamente impresionista, carente de lógica y precisión,

13) despliegue de autodramatización teatral y de exageración de emociones,

14) tendencia a sentirse herido con facilidad,

15) conferimiento de carácter íntimo a relaciones y situaciones que carecen de él.


La investigación aporta numerosas evidencias sobre la presencia de tales síntomas en la conducta exhibida recurrentemente por Hugo Chávez Frías (El Nuevo País, 16 de mayo, 2000).


El narcisismo: Dinámica y orígenes


El narcisismo puede ser entendido primeramente, como se desprende de lo dicho por los autores citados, como un trastorno de la personalidad con potencial incapacitante para quienes deban desempeñar un trabajo en equipo. Una segunda manera de entenderlo es como un rasgo de la personalidad que se distribuye en forma normal dentro de una sociedad, es decir, como una característica personal distribuida simétricamente entre la población, con valores medios mayoritarios y con valores extremos (altos y bajos) minoritarios. Las personalidades narcisistas, de acuerdo con esta conceptualización, son aquellas que se ubican en el extremo alto de la distribución, o sea, las que obtienen la puntuación más elevada en escalas de medición del rasgo, como el Inventario de Personalidad Narcisista (NPI).

Independientemente de la definición que se emplee, es preciso señalar que existe un alto grado de coincidencia acerca de la dinámica subyacente al fenómeno narcisista. De este modo se acepta, en primer lugar, que las relaciones narcisistas son puestas al servicio del auto-engrandecimiento. Segundo, que los narcisistas carecen de la capacidad para establecer relaciones de verdadera intimidad. Y tercero, que el auto-engrandecimiento se canaliza, por una parte, buscando ser incondicionalmente admirado por los demás, y por la otra, asociando su figura con la de algún personaje idealizado (W.K. Campbell, “Narcissism and romantic attraction”, Journal of Personality and Social Psychology, 1999, vol. 77).

En cuanto al origen, una perspectiva teórica lo ubica en una infancia desprovista de afecto, que conduce al desarrollo del narcisismo como una defensa frente al sentimiento de abandono, a la vez que como una expresión de ira ante dicho abandono. Ya como adulto, el sujeto tenderá a experimentar de manera recurrente, no obstante su inflada o exagerada autoimagen, sentimientos intensos de temor, de abandono y de dudas sobre sí mismo, que promueven la alternancia de comportamientos de euforia y de agresión usualmente injustificados.

¿Cuáles son las consecuencias de esa dinámica para quien ejerce un cargo como el de Presidente de la República? La primera, y probablemente la más importante de todas, es la dificultad que se presenta para integrar un gabinete coherente y de alto nivel profesional. Para un ejecutivo narcisista, lo fundamental es contar con colaboradores que lo admiren verdaderamente o que, aunque sólo finjan hacerlo, lo aplaudan cada vez que se presenta la ocasión. El funcionario que pretenda “hacerle sombra”, o que sea percibido de esa manera, cae en desgracia y es generalmente “purgado” de su entorno. En pocas palabras, un Presidente narcisista tiene dificultades para jugar en equipos de alto desempeño, es decir, integrados por especialistas de prestigio y criterios propios.

En segundo lugar, un Presidente narcisista supedita a menudo lo necesario a lo accesorio, lo central a lo tangencial con tal de que lo realizado sirva para llamar la atención. Este patrón, que también se expresa como una tendencia a la mitomanía, obedece a su necesidad de ser el centro de atracción donde se encuentre, a su afán de auto-engrandecimiento.

Finalmente, la falta de empatía, la propensión a sentirse herido con facilidad y la tendencia a excluir y demonizar a quienes no estén con él, hacen que un gobierno presidido por un narcisista sea poco dado al diálogo y la negociación. Y este patrón contradice, obviamente, las normas de la convivencia democrática.


Repercusiones en la Venezuela de hoy

Hugo Chávez encarna, como se desprende de los estudios revisados, una personalidad narcisista, que busca compulsivamente la admiración y el aplauso de los demás y que asocia invariablemente su propio yo con la figura idealizada de El Libertador, Simón Bolívar.

Sus inclinaciones atrabiliarias, excluyentes y exhibicionistas lo han llevado recurrentemente a la ruptura con algunos de sus colaboradores y aliados, el último de los cuales ha sido Alfredo Peña, así como al intento de “poner en escena” eventos superficiales pero llamativos, que a menudo se frustran por su evidente inviabilidad. Los ejemplos más recientes de este fracasado showmanship han sido la dramatización de la Batalla de Carabobo el 24 de junio, con motivo de su aniversario 180, y el envío a Pakistán de 200 “bolivarianos”, entre militares y miembros de Defensa Civil, para ayudar a los refugiados afganos.

Esta patética carencia del sentido de realidad ha sido justificada por los seguidores de Chávez con el alegato de que esas acciones revelan su calidad humana, sus intenciones altruistas y generosas para con los necesitados. A lo que cabe replicar que, en un nivel preconsciente, la motivación del narciso es claramente egoísta: ser admirado y adulado, sin importar los costos en que deba incurrir para ello.

¿Debe y puede ser inhabilitado Hugo Chávez Frías como Presidente de la República? El balance del desempeño de Hugo Chávez en sus primeros treinta meses de gobierno es más negativo que positivo. Pese al poder que ha logrado concentrar en sus manos, el desempleo ha alcanzado cifras récord, la capacidad industrial ociosa también ha llegado a niveles históricos, la criminalidad desbordó las 7.000 muertes violentas el año pasado, los ahorristas e inversionistas han perdido la confianza en el país y el clima social ha sido enrarecido por invasiones de tierras y propiedades y por un discurso excluyente y revanchista.

Ante esta peligrosa situación económica y social se impone una rectificación. De no producirse, las condiciones del país se agravarán. Por sus antecedentes, resulta difícil pronosticar que Hugo Chávez rectificará. Hasta ahora, ante los asomos de crisis, su comportamiento ha sido el de desaparecer súbitamente del escenario para reaparecer con algo mediáticamente impactante, pero de obvia irrelevancia para resolver los problemas o enfrentar el fondo de la situación. Durante el escándalo del caso Montesinos, en julio de este año, por ejemplo, el Presidente reapareció en cadena nacional como cavador del túnel ferrocarrilero Caracas-Cúa, con un trabajo de perforación de rocas y tímpanos que duró hora y media.

En todo caso, el artículo 233 de la Constitución de 1999 establece que se considerará falta absoluta del Presidente de la República su incapacidad física o mental permanente, certificada por una junta médica designada por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y con aprobación de la Asamblea Nacional. Y la declaratoria de falta absoluta conlleva inevitablemente su salida del cargo. Esperar, sin embargo, que con el control ejercido por Chávez sobre el TSJ y la Asamblea Nacional se podría lograr esa declaratoria, se presenta como un ejercicio ilusionista.



¿Es la de Hugo Chávez una personalidad narcisista?


Los trabajos mencionados de María J. Bustamante y Luis José Uzcátegui sugieren que sí. El Dr. Edmundo Chirinos, psiquiatra personal de Chávez y de su esposa Marisabel, ha admitido, por su parte, en entrevista con Jon Lee Anderson para The New Yorker, que si bien el Presidente tiene rasgos narcisistas y de autoritarismo incontenible, es, sin embargo, “una persona mentalmente saludable, un hombre totalmente normal”. Aunque no señalado expresamente así por el Dr. Chirinos, de su declaración parece desprenderse que Hugo Chávez se ubicaría, para él, alrededor del punto medio en la distribución normal del rasgo narcisista entre la población. Chirinos, por cierto, fue candidato presidencial en 1988, postulado por el Partido Comunista de Venezuela (PCV) y el Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), organizaciones de izquierda que también postularon a Hugo Chávez Frías diez años después.

¿Es, en definitiva, Hugo Chávez narcisista? Y de serlo, ¿resulta incapacitante esa personalidad para poder seguir ejerciendo la Presidencia? Como lo demuestra ampliamente la investigación de María J. Bustamante, Hugo Chávez exhibe de manera ostensible la sintomatología narcisista, según los criterios de la OMS y la APA. Otra investigación, realizada por la profesora Adriana Bolívar, de la UCV (“El personalismo en el discurso político venezolano”, 1999), encontró que en el discurso de toma de posesión, Hugo Chávez utilizaba de manera abrumadora el pronombre personal en primera persona (“yo”, “mí”, “me”, “uno”) y con mucho mayor frecuencia que Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera en sus respectivas segundas proclamaciones presidenciales. Este “yoísmo” discursivo, este uso pervasivo del pronombre personal en primera persona, denominado “auto-foco atencional”, ha sido asociado por especialistas con el síndrome narcisista (Campbell, 1999).

En cuanto a la inclinación mitómana de Hugo Chávez, las evidencias abundan. Por citar un solo ejemplo, a Gabriel García Márquez le contó que el 27 de febrero de 1989 (27F) se había detenido en Fuerte Tiuna en vía hacia la universidad, donde pudo observar la movilización de las tropas que a la postre reprimirían la protesta callejera que se inició en la mañana de ese día (“El enigma de los dos Chávez”, El Universal, 31 de enero, 1999). Otra versión de los hechos fue la que ofreció el 5 de agosto de 1999 en su discurso de instalación de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC): “Yo la vi con estos ojos [a la multitud en la calle] desde ahí, desde el Palacio de Miraflores”. Pero a César Miguel Rondón, en su programa de radio, se vio obligado a confesarle que el 27F se encontraba de reposo médico en su casa de San Joaquín, estado Carabobo (País de Estreno, p. 299). Por lo demás, la movilización de las tropas y la suspensión de garantías constitucionales no tuvieron lugar el 27 sino el 28 de febrero en la tarde, cuando se había hecho evidente la incapacidad policial para contener la protesta popular y frenar los actos vandálicos de saqueo de comercios y negocios. La represión de ese estallido de ira popular, por lo demás, ha sido empleada reiteradamente por Hugo Chávez como coartada para justificar el fallido alzamiento militar del 4 de febrero de 1992 (4F). Sin embargo, su conspiración en el seno de las Fuerzas Armadas ya se había iniciado, según Pablo Medina, en 1977 cuando apenas era un subteniente (Rebeliones, p. 93-95). El compulsivo afán de protagonismo, en pocas palabras, ha llevado a Hugo Chávez a tergiversar una y otra vez la historia reciente del país, pues parece sentir que sin su presencia, aunque sea ficticia, en el centro del escenario, los eventos carecen de toda significación.

Con respecto a la génesis del narcisismo chavista sólo es posible realizar algunas conjeturas. Según él mismo ha referido, su nacimiento tuvo lugar el 28 de julio de 1954 en la casa de su abuela en Sabaneta, estado Barinas, donde su madre se trasladó para dar a luz, pues ella y su marido vivían en una zona rural en la que ni siquiera había electrificación. Hugo y su hermano mayor, Adán, vivieron de pequeños con la abuela, pues sus padres trabajaban como maestros rurales en otra parte del estado (Estampas, 8 de agosto, 1998). Desde un punto de vista material, parece haber tenido una infancia limitada pues, según ha confesado recientemente, debía vender dulce de lechosa para ayudar económicamente a su abuela (El Nacional, 30 de septiembre, 2001) y, más tarde, debía pescar con su padre en “el río Boconó para poder comprar las alpargatas” (Quinto Día, 4 de agosto, 2000). No está claro si la privación material estuvo acompañada de privación afectiva; sólo se sabe que estuvo por un tiempo separado de sus padres. Al concluir tercer año de bachillerato presentó examen de admisión en la Escuela Militar, pero fue rechazado. Lo intentó de nuevo al año siguiente y en esta ocasión resultó admitido (El Carabobeño, 6 de septiembre, 1999). Su decisión de ingresar a esa institución, según ha dicho, se basó en el deseo de formar parte del equipo de béisbol de la Escuela Militar, que contaba con prestigiosos entrenadores. Sus padres sólo se habrían enterado de esa decisión una vez que fue aceptado en su segundo intento de ser admitido en la academia, lo que pone de manifiesto que no existía una comunicación fluida entre ellos (Estampas, 8 de agosto, 1998).

Como buen narcisista, Chávez le ha conferido un halo de gran trascendencia a la fecha en que ingresó formalmente a la Escuela Militar, el 8 de agosto de 1971. Así, en una cadena de radio y TV, el 8 de agosto del presente año, se regodeó recordando los 30 años de su ingreso a esa institución, que coincidió con el arranque del programa Andrés Bello, el cual incorporaba un nuevo plan curricular y contemplaba conferir a quienes egresaran cuatro años después no sólo el grado de subteniente, sino además el de Licenciado en Ciencias y Artes Militares. Durante la cadena audiovisual, Chávez recordó que el día de su liberación de la cárcel de Yare, en marzo de 1994, había dicho en el programa televisivo que entonces conducía José Vicente Rangel que su lucha revolucionaria comenzó un 8 de agosto, justamente el día en que ingresó a la Escuela Militar. Afirmación que no hace sino trastocar el incentivo peloteril o beisbolístico inicial por el de “revolucionario” del que se jacta en forma reiterada.

H.K.

[*] Link: http://www.veneconomia.com/site/files/articulos/artEsp2002_1500.pdf / Hemeroteca, Vol. 19 No. 1, Octubre de 2001 / VenEconomía Opina




Atemorizar para dominar
Pedro Delgado* / El Universal (Venezuela) - 12/11/08


El acoso moral, intimidación, o como se le denomina con el anglicismo de uso común bullying, es el maltrato físico y/o psicológico deliberado, planificado y continuado que recibe una persona o grupo por parte de otro u otros, que se comportan con él o ellos en forma agresiva o cruel con el objetivo de asustarlo para someterlo, con vistas a obtener algún resultado favorable para los acosadores o satisfacer la necesidad de agredir y destruir que éstos suelen presentar.

Este fenómeno psicológico ha ido proliferando en diversos ambientes sociales. Por ejemplo, existe el acoso escolar, que practican algunos niños contra otros y que es un fenómeno creciente en escuelas y colegios que muchas veces pasa inadvertido. Existe el acoso en el trabajo, en la familia o en cualquier otro ambiente social. Otra forma de acoso o bullying se practica con fines de dominación o control político. En estos casos podemos observar formas extremas como el terrorismo que busca intimidar al otro mediante actos a veces salvajes, hasta formas más sutiles que buscan intimidar por medio de la descalificación, el insulto o la amenaza de consecuencias.

Estas formas de acoso moral con frecuencia provienen de quien detenta el poder formal, lo que lo hace aun más censurable pues es aprovecharse de una posición privilegiada.


El acoso moral implica la repetición continuada de burlas o agresiones que con frecuencia provoca, además de miedo, sensación de exclusión social en la víctima, es decir la percepción de estar solo(a) y expuesto(a) a una amenaza. El acoso moral suele incluir conductas de diversa naturaleza como amenazas, agresiones físicas, aislamiento sistemático, etc. Muchas veces se esconde detrás de una justificación pueril, por ejemplo, "lo hago por el bien de usted", o "por el bien del pueblo o la patria".

Con frecuencia la víctima se encuentra indefensa y eso hace que quien practica el acoso moral se sienta más poderoso e impune.

Cuando se mantiene en el tiempo o se repite tiende a desmoralizar a la víctima. Muchas veces se mantiene debido a la ignorancia o pasividad de la o las personas que rodean a los agresores y a las víctimas, cuando éstas no intervienen de manera directa. A veces el mismo agredido contribuye a su mantenimiento sin darse cuenta cuando no protesta o reclama, o simplemente se hace eco del acoso. La víctima tiende a desarrollar miedo y rechazo al contexto en el que sufre el acoso; pérdida de confianza en sí mismo y en los demás.

El acoso tiende a disminuir la capacidad de comprensión moral y de empatía del agresor, sobre todo
cuando su actitud no tiene una respuesta contundente ya que eso produce un refuerzo de un estilo violento de interacción.

El acoso psicológico que, como se dijo anteriormente, es una forma a veces sutil del acoso moral e intenta minar la autoestima del individuo y fomentar su sensación de temor para dominarlo y lograr que haga la voluntad de quien lo acosa.

Conscientes tenemos que estar de esta modalidad de relación. Sus consecuencias son lamentables: atentan contra la libertad del individuo y pueden provocar daño psicológico, además de ser una práctica cobarde, indigna y censurable.



Hugo Chávez:
"¡Váyanse al carajo, yanquis de mierda!"

El trastorno bipolar
Pedro Delgado* / El Universal (Venezuela) - 26/07/07

Las personas que sufren del trastorno bipolar, presentan oscilaciones del humor

El ser humano muestra cambios de humor en su vida cotidiana. A veces está triste y otras veces está alegre, por causas conscientes o no conscientes. Estas oscilaciones del humor duran horas o días y son normales. El trastorno bipolar es una alteración psiquiátrica que se caracteriza por oscilaciones anormales del humor.

Las personas que sufren del trastorno bipolar presentan oscilaciones del humor fuera de lo normal y sin causa aparente. Estas oscilaciones alteran su capacidad de funcionamiento en su vida laboral o académica y en sus relaciones con la familia y los amigos. Estas oscilaciones pueden ser hacia el polo de la euforia (denominada fase de "manía"), o hacia el polo de la tristeza (denominada fase "depresiva"). Pueden ser duraderas (días, semanas o meses) o breves, en las que el paciente pasa de un polo a otro en cuestión de horas.


Durante la fase maníaca de la enfermedad, el paciente experimenta una sensación de euforia, autoestima desmedida y humor expansivo. Habla en exceso, y puede presentar "fuga de ideas" (las ideas fluyen constantemente y el paciente salta de un tema a otro). Su actividad es incesante pudiendo pasar días sin dormir, en movimiento constante. Durante los episodios maníacos, el paciente presenta ideas de grandeza y sus conductas son desmedidas, como por ejemplo gastar dinero en forma incontrolada, correr riesgos innecesarios, Etc. Lo que hace durante la fase maníaca escapa de su control.


Durante la fase depresiva el paciente experimenta sensación de tristeza, ansiedad o culpa sin causa. Tiende a no comer y no dormir o por el contrario dormir y comer en exceso. Pierde interés por las actividades habituales, se siente triste e incluso puede pensar en el suicidio. Tiende a ver la vida con pesimismo y a sentir remordimiento y culpa por cosas que no ha hecho.


En ocasiones, una persona puede presentar síntomas de fase maníaca (irritable, y argumentativo) y de fase depresiva (desesperado y triste) al mismo tiempo. Es lo que se conoce como trastorno afectivo mixto.


El trastorno bipolar es una condición que usualmente aparece en la edad adulta en forma abrupta con una crisis maníaca o depresiva. Hasta entonces el paciente puede haber sido una persona normal.


Se trata de un trastorno psiquiátrico crónico (de larga duración), al igual que la diabetes o la hipertensión arterial. No es el resultado de defecto de carácter o de problemas familiares o sociales. Se trata de una enfermedad que se debe fundamentalmente a cambios neuroquímicos cerebrales, que está determinada genéticamente en muchos casos, y que no es un signo de debilidad personal ni refleja una falta de voluntad.


Es posible mantener estable a una persona que sufre de trastorno bipolar mediante medicación adecuada y una serie de sugerencias relacionadas a los hábitos de vida. La prevención de los episodios maníacos o depresivos es importante, pues se sabe que a mayor frecuencia de episodios mayor es la probabilidad que ocurra uno de nuevo y lo contrario.


Los pacientes que asumen responsablemente su enfermedad tienen mejor pronóstico.




[*] Dr.Pedro Delgado / Humana / Tlf : 212- 9852222 / www.humana.com

¿QUE ES EL LITIO?

El litio es un elemento químico muy simple, siendo el metal más ligero que se conoce. De color blanco, la forma pura no se encuentra normalmente en la naturaleza, pero formando sales con otros compuestos está bastante extendido (rocas, agua de mar, manantiales, etc.). También se puede encontrar en animales y plantas. En muy pequeñas cantidades pasa al cuerpo humano con la comida y el agua, aunque se desconoce su función específica.


Solución a la "servidumbre voluntaria"
Wendy McElroy* / The Independent Institute (USA) - 25/08/08



Los tiranos se rodean de hombres malos porque les gusta ser adulados y ningún hombre de espíritu elevado les adulará. Aristóteles


Étienne de La Boétie

Un ensayo del siglo 16 intitulado Discourse of Voluntary Servitude del jurista francés Étienne de La Boétie (1530–1563) discurre acerca de una cuestión que obsesiona a aquellos que aman la libertad: ¿Por qué los individuos obedecen leyes que son injustas?

El Discourse ofrece una perspectiva. El mismo examina la psicología de aquellos que obedecen, la de aquellos que imparten las ordenes, y la de aquellos que se resisten a ellas. La Boétie estaba en particular, interesado en dilucidar porqué obedece la gente. Se preguntaba: “Si un tirano es un solo hombre y sus súbditos son muchos, ¿por qué consienten ellos su propia esclavitud?”

La Boétie no consideraba que el Estado gobernase principalmente a través de la fuerza. En principio, había muchos más esclavos que agentes del Estado: incluso si un pequeño porcentaje del populacho se negaba a obedecer una ley, esa ley se volvía inaplicable. Además, la mayoría de los individuos obedecían sin que fuesen obligados a hacerlo. La Boétie desarrolló una explicación alternativa a la que denominó la “servidumbre voluntaria.”

La Boétie adquirió su prestigio sobre la base de un breve ensayo en el que sostenía que la tiranía es “derrotada de manera automática” cuando los individuos se rehúsan a consentir su propia esclavitud. Su argumento ha llevado a que muchos concluyeran que la resistencia no-violenta y la desobediencia civil son las mejores estrategias con las cuales oponerse al poder estatal.


Antecedentes de La Boétie

El Discourse circuló en un principio en Francia de manera privada (alrededor del año 1553) con el telón de fondo de la guerra exterior y del conflicto interno. Las naciones-estado europeas —gobiernos que reclamaban vastas facultades dentro de territorios definidos— estaban en su apogeo. Los monarcas absolutos colisionaban unos con otros y con sus propios ciudadanos a los cuales les exigían dinero y obediencia. El siglo 16 dio nacimiento a la tiranía que eventualmente conduciría a la Revolución Francesa.

La Boétie se encontraba bien posicionado para observar a la sociedad a su alrededor, la cual estaba gobernada por el Rey Francisco I. Nacido en una familia opulenta y políticamente conectada, La Boétie escapó del analfabetismo, de la miseria y de la enfermedad que afectaban a la mayoría de sus compatriotas. El hambre era algo tan común que los hombres tallaban cruces sobre el pan recién horneado para simbolizar la santidad de la comida. Las plagas aparecían repetidamente. Mientras que el campesino luchaba por sobrevivir, los impuestos estatales consumían un tercio o más de sus ingresos, con los diezmos de la iglesia absorbiendo otro décimo. Bandas errantes de soldados robaban alimentos a su antojo y secuestraban a los hijos jóvenes para cubrir sus filas. No obstante ello, la Francia del siglo 16, con una población estimada de 16 millones de habitantes, era la nación más rica, más civilizada y más populosa en Europa.

Francia era también una monarquía, lo que significaba que el poder nacional no se encontraba distribuido entre los parlamentos o las autoridades locales sino que reposaba solamente en el rey. A fin de recaudar dinero para la guerra, Francisco le vendía títulos a los “nouveaux riche” quienes formaban una nueva aristocracia. Mientras tanto, las legiones de abogados aumentaban a medida que se dedicaban a administrar al estado creciente.


¿Qué papel desempeñaba el hombre común?

Su obediencia era esencial para la autoridad estatal, pero existían varios reclamos sobre su lealtad. Dios exigía obediencia pero el monarca absoluto era ungido por Dios y bendecido por la Iglesia Católica. El surgimiento de los protestantes en Francia —llamados hugonotes– implicaba que un segmento creciente de la sociedad no reconocía a la autoridad divina del rey. Existían también lealtades provinciales. La mayoría de los franceses le brindaban primariamente lealtad a la provincia de su nacimiento antes que a la nación o al rey, y las provincias diferían ampliamente en costumbres, practicas religiosas, y lenguaje. El rey temía que las potencias extranjeras se aliasen con las provincias rebeldes, especialmente aquellas con una tendencia hacia el protestantismo.

La obediencia se volvió más difícil de procurar con la invención de la imprenta, la cual puso a disposición del hombre común a las opiniones disidentes. A medida que las publicaciones se difundían, también lo hicieron los intentos de censura. En 1559, fue publicada la primera lista papal de libros prohibidos.

El Discourse fue muy probablemente escrito mientras La Boétie era un estudiante de abogacía en la Universidad de Orleáns, destacada por su actividad hugonota. De hecho, uno de sus profesores sería más tarde quemado en la hoguera por hereje. El ensayo fue en respuesta a un evento especifico —la Revuelta de la Gabela en Bordeaux. La gabela era un impuesto muy impopular sobre la sal, la cual no solamente era una necesidad humana sino también un monopolio gubernamental. Los manifestantes asesinaron al director general de la gabela junto a dos de sus oficiales. En represalia, 140 plebeyos fueron muertos, muchos otros fueron azotados, y se impusieron multas exorbitantes.

La Boétie era un observador perspicaz de las demandas concurrentes sobre la obediencia del pueblo. Cuando los individuos finalmente se rebelaban, observaba y se preguntaba porqué el Estado parecía ser capaz de hacer cualquier cosa que deseaba, sin importar cuan tiránica ella fuese. ¿Por qué la gente no se levantaba nuevamente, esta vez en masa? Como resultado de tal especulación, La Boétie escribió lo que el historiador francés Pierre Mesnard ha llamado: “la solución humanista al problema de la autoridad.”


El discurso sobre la servidumbre voluntaria

¿Por qué los individuos gustosamente consienten su propia esclavitud? Para La Boétie, la obediencia colectiva de la sociedad se origina en “un vicio para el cual ningún término puede ser hallado lo suficientemente ruin, de cuya naturaleza en sí misma se reniega y al que nuestras lenguas se rehúsan a mencionar.” La Boétie denominaba a este vicio monstruoso la “servidumbre voluntaria.”

¿Pero por qué esta servidumbre voluntaria es un vicio en lugar de ser una virtud? Debido a que la misma contradice a la naturaleza, explicaba La Boétie. A cada hombre le es dada su propia capacidad de razonar, y la virtud radica en cultivar su propia independencia innata. Incluso dentro de los animales inferiores, existe un fuerte y natural impulso a la libertad. Los animales que han probado la libertad se resisten al cautiverio, aunque eso pudiese costarles incluso la vida. Exclamaba La Boétie:

"Dado que las propias bestias, aun las hechas para el servicio del hombre, no pueden acostumbrarse al control sin protestar, ¿qué maligno designio ha desnaturalizado tanto al hombre que él, la única criatura realmente nacida para ser libre, carece de la memoria de su condición original y del deseo de retornar a ella?"

La libertad del hombre exigía la muerte de la tiranía. El defender el tiranicidio contra un gobernante que ha quebrantado las leyes de Dios no era nada novedoso en la teoría europea, pero La Boétie tenía un enfoque diferente: la manera de “matar” a un tirano era destruyendo su poder a través de la resistencia no-violenta. De esa forma, el pueblo mataba no a un hombre sino a la propia tiranía. La libertad requería solamente que un número suficiente de individuos le retirasen su consentimiento y cooperación.

Después de todo:

"...el que de ese modo gobierna tiránicamente sobre ustedes, posee solamente dos ojos, solamente dos manos, solamente un cuerpo...; en verdad no posee nada más que el poder que ustedes le confieren para destruirlos. ¿Dónde ha adquirido él ojos suficientes como para espiarlos, si ustedes no se los proveen por sí mismos? ¿Cómo puede tener él tantos brazos con los cuales golpearlos, si no los toma prestados de ustedes? Los pies que pisotean vuestras ciudades, ¿de dónde los obtiene si no son los vuestros?"

Sin embargo los agricultores continuaban sembrando cultivos que eran confiscados. La gente acumulaba bienes para que los soldados los saquearan y criaban hijas para que ellos las violaran. Observaban como los hijos eran secuestrados para integrar las fuerzas armadas y morían peleando las batallas de otros. La Boétie se refería al campesino:

"Ustedes entregan vuestros cuerpos al trabajo duro a efectos de que él [el tirano o el Estado] pueda dedicarse a sus gustos y revolcarse en sus obscenos placeres; se debilitan a sí mismos a fin de que el más fuerte y el más poderoso los tengan a raya".

Para comprender porqué la gente consentía su propia esclavitud, La Boétie consideró primero el lado frívolo de la cuestión: la psicología del tirano.


La psicología del tirano

La teoría política tradicional definía a la tiranía haciendo referencia a la fuente del poder del gobernante. Es decir, ¿alcanzó el gobernante su posición mediante el nacimiento —la “consagración de Dios”— o de algún otro modo “legítimo”? Si así ocurrió, se consideraba que el rey podía gobernar justamente incluso si lo hacía malamente.

En contraste, La Boétie declaraba que el origen del poder era irrelevante para la definición de tiranía. Si un hombre gobernaba justamente era legítimo;
si lo hacía de mala manera, era un tirano.

Los tiranos caen dentro de tres categorías: aquellos elegidos para mandar; aquellos que heredaron el poder; y aquellos que lo detentaban por la fuerza. La Boétie se rehusaba a darle importancia a los medios por los cuales los tiranos alcanzaban el poder debido a que su método de gobierno parecía ser el mismo.

Pero a La Boétie le interesaba particularmente la psicología de los gobernantes elegidos, debido a que parecía que un gobernante cuyo poder provenía del pueblo debía ser “más soportable” que el de los otros. Debía ser agradecido o al menos reconocer su dependencia de la voluntad del pueblo. Sin embargo, cuando el gobernante elegido prueba el poder:
“planea jamás renunciar a su cargo.” El truco consistía en generar el consentimiento futuro del pueblo a efectos de asegurarse su continuidad en el poder. ¿Pero cómo?

La Boétie exploró las formas principales por las que un gobernante creaba el consentimiento.

El comienzo del mandato de un tirano era el periodo más dificultoso debido a que aquellos que no habían consentido su gobierno serían renuentes a obedecer, y la fuerza bruta podía ser necesaria. La fuerza bruta podía sofocar al disenso en el corto plazo, pero la misma nunca fue una buena opción. La violencia engendraba mártires, incrementaba la resistencia popular contra la autoridad, y evidenciaba la cara desagradable del poder de manera demasiado rotunda.

Pero a medida que transcurría el tiempo, la tarea del tirano se veía facilitaba. A través del condicionamiento y del entrenamiento, las generaciones futuras aceptarían pasivamente a la autoridad y obedecerían de manera automática. La Boétie observaba:

"Es increíble cuan pronto el pueblo se vuelve súbdito, como de forma tan súbita cae en un descuido tan completo de su libertad que la misma difícilmente pueda ser reavivada al punto de volverla a obtener, obedeciendo tan fácil y tan voluntariamente que uno es llevado a afirmar, al percibir dicha situación, que este pueblo en verdad no ha perdido su libertad sino que se ha ganado su esclavitud".

Generaciones que nacieron “bajo la servidumbre y que luego se nutrieron y criaron en la esclavitud” aceptaban su condición como algo natural. De esta manera, La Boétie veía a la “costumbre” como la primera explicación de la servidumbre voluntaria. La gente consideraba que la vida siempre había sido de esta manera, que la vida siempre sería de esta manera; y, por lo tanto, se necesitaba de un gran esfuerzo para introducir una nueva visión.

El pensador del Renacimiento Francés Michel de Montaigne, quien era el mejor amigo de La Boétie, dramatizaba el increíble poder de la tradición en su ensayo intitulado “Of Custom.” El mismo se inicia con estas palabras:

"Él pareciera haber tenido una percepción correcta y verdadera del poder de la costumbre, fue quien por vez primera ideó el relato de una compatriota que, habiéndose acostumbrado a jugar con y a cargar en sus brazos a un becerro joven, y que continuó haciéndolo de manera cotidiana a medida que el mismo crecía, logró mediante esta costumbre, que, cuando el mismo creció y se volvió un gran buey, ella seguía siendo capaz de levantarlo".

Pero, sostiene La Boétie, unos pocos tratan siempre de deshacerse del “peso de la servidumbre,” quizás debido a que “recuerdan a sus ancestros y a sus situaciones anteriores.” Conscientes de la historia, comparan al pasado con el presente y se atreven a anhelar un futuro mejor:

"Estos son quienes, poseyendo buenas mentes, las han entrenado adicionalmente mediante el estudio y el aprendizaje. Incluso si la libertad desapareciese por completo de la tierra, tales hombres la inventarían".


El control de la información

Después de que la mayoría se hubiese acostumbrado a la obediencia automática, el principal desafío del tirano era el de reducir la disidencia. Existían dos medios básicos para hacerlo: controlar a la prensa y monopolizar la educación, en razón de que los “libros y la enseñanza, más que cualquier otra cosa, le brindan a los hombres el juicio para comprender su propia naturaleza y para aborrecer la tiranía.” De este modo, el tirano evitaba que el pueblo comparase al pasado con el presente; y controlaba que lo que la gente creyera fuese posible en el futuro.

Además, con el control de la información, el tirano podía “educar” al pueblo en la creencia de que actuaba solamente para favorecer el bienestar público. Él podía inculcar el dogma de que su administración era una
personificación viviente de conceptos tales como la justicia, la tradición, el patriotismo, la ley y el orden, o el bien público. Así, oponerse al tirano se torna equivalente a oponerse a dichos conceptos.

El tirano reforzaba esta imagen de perpetuidad mediante un
proceso de mistificación: es decir, procuraba aparecer como algo más grande de lo que un mero ser humano es. Así, el gobernante alineado con la religión, juraba hacer respetar la ley de la tierra, recurrir a la autoridad de una constitución o de un documento fundacional, etcétera. Presidía sobre las exhibiciones de pompa, vestía a sus agentes en uniformes, construía monumentos, participaba en rituales del cargo, y alojaba a las autoridades de sus tribunales y de otras instituciones en costosos e impresionantes edificios.

Este era un segundo motivo que explica porqué los individuos le rendían obediencia automática –una prensa regulada y un sistema escolar los había convencido de que la autoridad del gobernante era legitima. La mistificación de su poder los llevaba un paso más adelante: se volvían atemorizados por él y lo veían como algo más que un mero ser humano, tan falible como ellos mismos.


El soborno

Los individuos que no podían ser atemorizados bien podían ser comprados. Y, de esa manera, el gobernante se involucraba también en dadivas.

La Boétie señalaba que los “juegos, farsas, espectáculos, gladiadores, bestias extrañas, medallas, cuadros, y otros de tales narcóticos” patrocinados por el Estado eran utilizados por los “pueblos antiguos.”
Estas distracciones eran “el señuelo hacia la esclavitud.” El pueblo se fascinaba tanto por sus placeres que no se percataban de su esclavitud. En otras épocas, los gobernantes literalmente alimentaban al pueblo mediante la distribución de raciones de alimentos. “Y entonces todos vergonzosamente gritarían, ‘Larga vida al Rey!’” destacaba desdeñosamente La Boétie. “Los tontos no se percataban de que meramente estaban recuperando una porción de su propia propiedad, y de que su gobernante no podría haberles dado lo que se encontraban recibiendo sin primero habérselo quitado a ellos.” Al proveer pan y circo —bienestar estatal y distracciones populares— el pueblo era sobornado para que entregara su libertad.

Este soborno directo empalidecía en significación, no obstante, junto a una forma indirecta a la que La Boétie denominaba “la causa principal y el secreto de la dominación, el apoyo y el basamento de la tiranía.” Este era el soborno institucionalizado mediante el cual millones de personas eran empleadas en puestos públicos y recibían fondos financiados con impuestos a fin de poder pagar sus cuentas. Estos empleados estatales “se aferraban al tirano” y le ofrecían su lealtad. Algunos empleados estatales, tales como los oficiales de policía, se convertían en las manos del Estado, alcanzando a toda la sociedad para implementar leyes y políticas. Los intelectuales apoyados mediante los impuestos, tales como los profesores universitarios y los beneficiarios de becas gubernamentales, se volvían la voz del Estado, defendiendo su legitimidad. Aún otros, desempeñándose como oficinistas o agentes menores, hacían que la maquinaria diaria del Estado rechinase.

Durante generaciones, una basta nueva clase de individuos emergía dentro de la sociedad: individuos que servían al estado a cambio de un salario financiado con impuestos.
Estos empleados estatales voluntariamente destruían su propia libertad y la de sus vecinos. Y lo hacían sin pensarlo debido a que la fuerza de la costumbre los llevaba a creer que las cosas siempre habían sido de esta manera y que siempre lo serían.


La solución de La Boétie para la servidumbre voluntaria

Retire su consentimiento, quite su cooperación. Le aconsejaba La Boétie al hombre común:

"No les pido que coloquen las manos sobre el tirano para derribarlo, sino simplemente que ya no lo apoyen más; entonces lo verán, como un gran Coloso, cuyo pedestal ha sido apartado, caer por su propio peso y romperse en pedazos".

Por ofrecer este consejo, Gene Sharp, autor de la obra definitiva sobre la no-violencia, The Politics of Nonviolence, comentaba:

"El Discourse de La Boétie es un ensayo altamente significativo sobre la fuente última del poder político, los orígenes de la dictadura, y los medios por los cuales los individuos pueden evitar la esclavitud política y liberarse".

Este fue el legado del Discourse. ¿Pero qué hay del hombre real? A la temprana edad de 33 años, La Boétie murió en los brazos de su amigo Montaigne, quien por este suceso se vio motivado a escribir su famoso ensayo “On Friendship.” El ensayo retrataba a la relación entre ellos como a una “unión de almas.” Y fue fundamentalmente a través de este ensayo que un mundo más amplio conoce a Étienne de La Boétie.

Es solamente en los círculos políticos que son celebrados los puntos de vista de La Boétie sobre la psicología de la tiranía y de la obediencia. Allí es reconocido como una de las primeras voces en favor de la desobediencia civil y de la resistencia no-violenta contra la autoridad.

Si La Boétie está en lo correcto, si la libertad es un impulso humano natural, entonces la propia naturaleza apoya la lógica de no cooperar con la tiranía. Existe algo dentro del hombre y de la bestia que resiste la tensión de una correa. En vez de romper la tensión atacando a aquellos que detentan las riendas, La Boétie le decía a la gente que dejasen que la tensión aminore. Los individuos deberían rechazar tanto a la violencia como a la sumisión. Simplemente deberían decir NO.

En esa palabra, yace la libertad.

[*] Link: http://www.elindependent.org/articulos/article.asp?id=1162 / Wendy McElroy es Investigadora Asociada en The Independent Institute y directora de los libros del Instituto, Freedom, Feminism and the State y Liberty for Women: Freedom and Feminism in the Twenty-first Century. Artículo publicado el 1 de mayo de 2003 / © Copyright 2003, The Future of Freedom Foundation / Traducido por Gabriel Gasave



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