Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

domingo, 29 de mayo de 2011

Un SEÑOR de verdad en Valencia, todo el mundo lo conoce y mis hijos lo adoran.

El Carabobeño 29 mayo 2011
Macario, "el señor del cepillao" Alfredo Fermín

Para varias generaciones de estudiantes de colegios privados del norte de Valencia, el nombre de Macario recuerda a unos sabrosos "cepillaos" que él vende desde hace 32 años. Su popularidad es tan grande que hasta tiene su página en Facebook, con cerca de mil amigos.

Nacido en 1954 en el departamento colombiano de Armenia, cerca de Medellín, Macario Gutiérrez se vino a Valencia en 1979 invitado por un hermano para trabajar como albañil. Pero el trabajo era mucho y el pago muy bajo. Decidió ponerse a vender perros calientes. Pero por razones que desconoce, le quitaron el carrito. Entonces comenzaba la moda del "cepillao", que es diferente al "raspao", porque son necesarios la máquina para raspar el hielo y el jarabe.

"El "cepillao" ya viene hecho y uno lo que tiene que hacer es servir en el vaso el sabor que le pidan, yo lo enriquezco con una leche condensada especial. Pero hay que saber vender porque a un tipo con cara de cañón nadie se le acerca. Si uno trata a la gente con cariño, siempre le va bien".

Macario comenzó vendiendo en el colegio Montessori y pronto descubrió que había otros colegios donde los escolares tienen poder adquisitivo: La Salle, IDEA, Camoruco, Santa Cruz, entre otros. En este trabajo lleva más de tres décadas, por lo cual es un personaje conocidísimo de casi todos los que estudian o estudiaron en esos planteles.

Frente al Colegio La Salle, donde lo entrevistamos, conductores de lujosos automóviles se detienen para saludarlo con cariño o para echarle broma. A los que se meten con él, les responde con el sobrenombre que tienen y hasta les recuerda cosas pesadas, para que arranquen "sus naves" y lo dejen trabajar o fumarse tranquilamente su cigarrillo. "Este es un vicio que no puedo dejar a pesar de mis estudios gnósticos".

Cuando comenzó cada "cepillao" costaba un bolívar. El precio actual es 10 bolívares el grande, y cinco el pequeño. A los muchachos los sabores que más les gustan son colita, parchita, uva y limón. Los adultos compran más los de tamarindo y coco, que es el más cremoso.

Los tiempos -se lamenta- han cambiado mucho. Ahora los que comen dulce son los chamos de primaria. Los de bachillerato andan con el cuento de las dietas para no engordar o ahorran para comer hamburguesas, o para llevar a las chicas para el cine o a pasear. Además de que la cosa está dura y los papás no dan tanto para la merienda. Lo que llevan lo gastan en la cantina. Así que cuando salen lo que traen es el repele.

Pura Crema

Desde hace más de 30 años utiliza el mismo carrito, que está golpeado por todos lados. Ya es una especie de reliquia de la cultura urbana, por lo cual lo deja guardado en la empresa familiar donde compra los helados en Naguanagua.

Allí llega en las mañanas a comprar la mercancía y regresa al anochecer a guardar el carrito, para luego irse en autobús hasta su casa en el sector Plaza de Toros, donde le espera su compañera Marta Lira, con la cual ha tenido sus hijos Llonjair, Edwin, Joha y Dayana.

- ¿Ha hecho real en este negocio?

- Esto da únicamente para la papa. Lo que sí me ha permitido es conocer gente que ahora es importante. Pocos me ayudan. A veces me regalan algo, como un buen amigo que me trajo estas botas Nike, comenta mientras muestra el calzado, combinado con unas bermudas, que permiten apreciar sus piernas con varices inflamadas. "Esto es hereditario y de tanto estar de pie", aclara.

Pero sí tengo una exclusividad. Con mis amigos del Club Hípico he logrado permiso para vender cepillados cuando hay competencias ecuestres. También en el Polígono de Tiro, la Asociación de Ganaderos, el Country Club de Caracas, el Club Los Cortijos y la Lagunita Country Club. ¡Pura crema pues!

¿Le gusta estar entre ricos?

No es eso. Me he dado a conocer con esa gente y me tienen confianza. Dios dijo: arrópese bajo un palo frondoso para que le dé buena sombra. Hay que estar donde están los reales, porque real busca real.



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